— ¿Intentaste entrar a la universidad?

— Definitivamente no eres un buen acosador.

—Es la primera vez que me toca serlo, eres la primera mujer que me rechaza desde el principio. — Digo y ella asiente distraídamente, entiendo el mensaje, así que me retracto. — Lo siento, eso fue estúpido de mi parte.

—No me digas. —Dice y rueda los ojos, y termina de picar las frutas para la ensalada.

—Iré poniendo la mesa. — Digo y ella asiente, busco la vajilla que le compré y pongo la mesa de a poco, una vez he terminado, ella llega con la comida, tostadas, mermelada, ensalada de frutas, huevo, tocino y malteada de fresa.

Ambos nos sentamos y empezamos a comer en silencio y así es toda la mañana, a pesar de que bailamos y reímos toda la noche, hoy se despertó mal, está con la mirada perdida desde que la ví en la cocina. Cuando hemos acabado de desayunar, ella se levanta y recoge los platos y los lleva al fregadero, pero me adelanto, me pongo el delantal y le digo.

— Ve a cambiarte, yo puedo con unos simples platos.

— Bien, gracias. — Dice y desaparece por el corredor.

Me pongo a lavarlos, minutos después escucho el agua de la regadera correr, seguido de ello, a mi mujer cantando, la desconozco, pero definitivamente todo se escucha mejor en su voz.

Ahora que no estás, sigue en mi mente
Lo que pude haber hecho diferente
Tantas preguntas que nunca podré
Hacerte de frente... — Es lo que escucho, segundos después, no hay nada, ni voz, ni agua corriendo, me dirijo al baño preocupado, porque tampoco escuché la puerta abrirse.

—Adeline, ¿Estás bien?

—¿Mmm? Si, estoy bien, ¿Por qué? —Pregunta, y yo puedo volver a la vida.

— No, por nada. —Digo y vuelvo a la cocina y termino de lavar; minutos después ella está de vuelta, con un bonito jean de cuero negro, un top del mismo color que el pantalón, botas y el cabello suelto.

—Quiero que me lleves con Salem. —Dice, inmediatamente me descoloco.

—¿Que? No, no te puedo llevar a mi casa.

—Bien, entonces tráelo o haz que tus guardias lo traigan, lo quiero aquí conmigo. —Dice y se cruza de brazos enarcando una ceja.

—Bien, te llevaré a casa, pero, primero quiero que vayamos a comprar tu vestimenta para la fiesta.

— Yo aún no te doy mi respuesta. — Dice y niego.

—No me importa, quiero que vayamos a buscarla. —Digo, mientras dejo todo en su sitio, cuando termino me voy al baño para también darme una ducha.

Adeline Harlow.

Kael se fue a bañar, así que aprovecho para organizar la casa, pues está patas arriba gracias a qué anoche él durmió en el sofá y dijo que no quería cojines, ahora estos están en la mesa de café y encima de esto un plato con migajas de pastel, que puedo apostar mi pie derecho y mi voz a la bruja del mar que lo robó cuando me fui a dormir.

Alrededor de quince minutos después de estar limpiando, tanto sala, como habitación y cocina; estoy en la cocina limpiando cuando escucho la voz de Kael detrás de mí.

Con amor, el diablo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora