[FANFIC/AU] Sólo es un contrato (Jinx)

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— ¡Los lobos no viven en edificios! ¡Son simplemente animales asquerosos y sedientos de sangre y carne, y no deberían vivir con humanos!  — dice burlonamente Seora, para luego reírse, encerrando al pequeño Jaekyung en un cobertizo donde guardaban juguetes rotos y unas herramientas de jardinería — Quédate ahí Lobezno, vámonos, ya casi es hora de cenar

— ¡No! ¡Por favor! ¡AYUDA! ¡Déjenme salir! ¡Esto da miedo! ¡DÉJENME SALIR! ¡¡NO!! — dijo un joven Jaekyung desesperado, golpeando fuertemente la puerta de aquel cobertizo — ¡No me dejen aquí! ¡Me da mucho miedo! ¡Tengo miedo! — Jaekyung empezó a llorar por miedo, mientras sostenía fuertemente al pequeño Han, su lobo negro de peluche, quien tenía un corte en la costura de su pata izquierda delantera, producto de las fechorías de Seora.

— Quiero a mi mamá — dijo Jaekyung, sollozando mientra la lluvia golpeaba fuertemente el techo de lámina del cobertizo, si bien no se mojaba, el ruido era muy fuerte — Quiero irme a casa.

Jaekyung no pudo decir más ya que un relampago cayó sobre el patio del orfanato, seguido de un fuerte y estruendoso trueno haciento temblar las paredes del cobertizo, y desestabilizando el techo del cobertizo, asustando más al pequeño Jaekyung, abrazando más fuerte al pequeño lobo de peluche. Jaekyung se escondió debajo de la mesa de trabajo que había en el lugar, resguardandose del viento que empezaba a aullar, los truenos y la lluvia.

Después de una hora, con el frío haciendose presente, el pequeño azabache abrió los ojos cuando la lluvia y el viento empezaba a disminuir gradualmente, mirando a su alrededor, se encontraba un periódico, en donde el titular ponía "Juegos Asiáticos 2002 ya tiene un ganador", y ponían una foto de aquel luchador mostrándose victorioso adentro del ring. 

El pequeño Jaekyung se mostró interesado en la noticia, así que tomó el periodico admirando a aquel hombre. Fascinado con como detallaban el desempeño del japonés de ascendencia coreana en el torneo, y vencía a un peleador surcoreano.

— Mira Han — dijo Jaekyung tomando al peluche, mostrandole la fotografía del luchador — Cuando sea grande, quiero ser fuerte, como él.

Jaekyung, con su mano, hizo que el peluche asintiera con la cabeza.

— Así nunca más Seora me molestará —  dijo Jaekyung dejando a un lado el periodico y abraza nuevamente a Han — Y así nadie, nunca jamás, te hará da-

Se oye que alguien está quitando el candado del cerrojo de la puerta del cobertizo, que fue abierta por el señor Lee y una niña, varios se referían a ella como Yuko, era de piel almendrada, cabello y ojos marrones, que tenía puesta su pijama roja con dibujos de lunas.

— Jaekyung, soy yo, el señor Lee ¿Dónde estás? — dijo el hombre, que venía con una linterna.

— Señor Lee — Jaekyung salió de su escondite, con Han en una de sus manos, abrazando la pierna del señor Lee — Fue Seora, me encerró aquí porque no dejé que lastimaran a Han.

— Ya Jae, tranquilo, Yuko y yo ya estamos aquí — dijo el señor Lee, arrodillandose y abrazando al pequeño que temblaba y empezaba a llorar.

— ¿Quién es Han? — dijo Yuko, algo curiosa.

— Él es Han — dijoJaekyung, separandose del señor Lee, mostrandole su lobo de peluche a la niña, quien solo sonrió y tomó una de sus patas haciendo un apretón de mano y patita.

—Que lobito más bonito — dijo Yuko, haciendo que Jaekyung volviera a abrazar al muñeco, temiendo que la chica le hiciera algo — No le voy a hacer nada, tranquilo ¿Quién te lo dio?.

— Mi mamá, me lo regaló antes de subir al auto para ir a una cabaña de mi papá cerca de una playa, y antes de que despertara en un cuarto blanco — dijo Jaekyung triste.

— Ay niño, no te preocupes, soy Yuko, tengo 9 años.

—J-J-Jaekyung, 6 años — dijo Jaekyung correspondiendo con una mano el apretón con la niña

— Ahora somos amigos Jaekyung.

— Ya se pasó la hora de la cena, no tardan en mandarlos a dormir — dijo el señor Lee, dándole un paraguas a Yuko y abriendo el suyo y caminando hacia la puerta del edificio — te guardé tu comida Jaekyung, vengan chicos, hay que ir al comedor, pero con una condición.

— ¿Condición? — dijo Jaekyung curioso, aún sosteniendo al peluche.

— Le ayudaremos a la señora Seo a poner los platos para el desayuno de mañana — dijo el señor Lee.

Jaekyung asintió feliz.

Fin del flashback

Ahora, volviendo con el Jaekyung adulto, el aún se encuentra hiperventilando por el sonido de los truenos que sonaban cerca del lugar.

— Todo está bien Jae, todo está bien, es… Solo algunos truenos, nada fuera de este mundo, solo… Cálmate — dijo Jaekyung entre suspiros, no le salía ni la voz, mirando la foto que Yuko le envió, dejando recargado su teléfono en la lavadora — Han, por favor, sálvame de ésta.

Dan ya había terminado de servir los platos de ambos.

— Ok... Jaekyung, ya está servido — al no recibir respuestas, Dan se preocupó un poco y se encaminó — ¿Jaekyung? — empezó a caminar al cuarto de servicio — Jae... ¡Jaekyung!

Dan encontró a Jaekyung, abrazando sus piernas. Se acercó rápidamente, le tocó la frente, estaba sudando frío, y estaba temblando.

— ¡Jaekyung! ¡Mírame! ¡Respira hondo! — dice Dan tomando la cara del azabache, que ponía una cara de pánico.

Jaekyung hizo caso y empezó a respirar hondo, así hasta que dejó de hiperventilar, dejando de temblar, y limpiándose el sudor con el buzo que traía dando palmadas suaves en su frente. Y sin querer, solo soltó una pequeña lágrima. El menor dirigió la mirada a la de Dan, quién se mostraba preocupado, para ponerse de pie de a poco, y luego abrazar al mayor.

— Lamento que me veas así — dijo Jaekyung susurrando todavía, sintiendo el calor del abrazo de Dan. - Gracias.

— Todo está bien Jaekyung, ahora ven, la cena ya está servida.

Ambos deshicieron el abrazo un minuto después, regresando a la isla de la cocina. Jaekyung tomó de la mano a Dan en el pequeño trayecto mientras tenía en su otro brazo su buzo y su teléfono con la foto del lobo de peluche.

— Se ve delicioso.

— Gracias, ahora, a comer, buen provecho.

Jaekyung solo sentía vergüenza y nostalgia, vergüenza por dejar que Dan lo viera en ese estado, y nostalgia, porque la noche que cenó con el señor Lee y Yuko, era justo este mismo platillo.