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Dan solo pedía que esto acabara, ya era mucho que procesar en el día, la muerte de su abuela, haber sido el único de su familia en estar presente durante el pequeño velorio que se le hizo en el hospital, y ser el que recibió las cenizas de su abuela en aquella urna, más aparte los golpes, insultos y humillaciones por parte de Jaekyung.

Ni sentía placer. Dan no gemía, más bien soltaba quejidos de dolor mientras sentía como el pene de Jaekyung entraba y salía sin piedad de su entrada, solo sentía el pubis del menor golpeando contra su trasero sin piedad.

El pantalón del uniforme estaba desgarrado y tirado en el piso junto con la ropa interior de Dan, literalmente Jaekyung se lo arrancó, no iba a esperar a que Dan se lo quitara, tan pronto lo botó en la cama, le arrancó ambas prendas inferiores, abrió las piernas, se puso entre ellas, alineó su pene y empezó a penetrarlo sin siquiera haberlo lubricado.

Dan solo estaba emitiendo los sonidos en contra del colchón.

— ¡Sube tus caderas, carajo! — dice Jaekyung quien tenía ambas manos en al cintura de Dan.

Jaekyung o paraba de embestirlo. Nunca bajo su intensidad en cada movimiento. Estaba molesto. Necesitaba desquitarse con algo, en este caso, alguien. La única forma en la que podía desahogarse y bajar su enojo. Necesitaba pasarle la responsabilidad de su derrota a Dan por no haber cogido con él como cuando la ocasión en la que se dió su primer beso. Dan desde un inicio conocía de su maldición, y aún así hizo lo que quiso. Así pensaba Jaekyung. No le contestó llamadas ni llegó

— Agh, me corro — dice mientras da una estocada que provocó que Jaekyung se corriera dentro de Dan — Y no te creas que solo será una ronda. Hoy no.

Lapso de tiempo...

Jaekyung se vino 5 veces adentro de Dan.

— Lárgate, quiero dormir — dijo Jaekyung metiéndose al baño para ducharse y luego dormir.

Dan, como pudo, tomó su ropa interior y su uniforme, y a duras penas poniéndose sostener de pie, el castaño sale de la habitación y se dirige al cuarto de huéspedes, en donde se dormía y solía tener su espacio seguro. Necesitaba darse un baño, estaba completamente cubierto de sudor.

Al llegar al cuarto de baño, se vio en el espejo, Dan notó que ya tenía moretones formándose en la cara, una mancha de sangre que venía de su nariz, sus ojos completamente hinchados de tanto llorar. Sus brazos tenían marcas en las muñecas de lo fuerte de los agarres de Jaekyung, la cadera ya empezaba a punzarle.

Entró en la ducha, se sentó en el piso, sintiendo dolor en su entrada, no sabía cómo describir el dolor más allá de punzante y ardoroso. Mientras el agua corría por su cuerpo, vio como un pequeño rastro de sangre salía de entre sus piernas, asustando al doctor, le provocó un desgarre alrededor del ano. La sensación de ardor también venía de ahí.

Después de un rato se puso de cuclillas, y empezó a expulsar el semen que dejó Jaekyung adentro de él. Y como Dios le dió a entender, empezó a enjabornarse y enjuagarse hasta sentirse nuevamente limpio.

Ya con ropa para dormir puesta, Dan regresó al vestíbulo de la casa, parte de las cenizas de su abuela aún seguían en el piso, la urna también estaba tal cual como recuerda haberla visto cuando se le cayó de las manos. Lágrimas nuevamente empezaron a salir de sus ojos, al igual que pequeños sollozos empezaban a salir de su boca. Tomó una escoba y un recogedor se una pequeña habitación de servicio, y empezó a barrer todas las cenizas hasta juntar un montoncito y lo volvió a meter en la urna. Volvió a taparla nuevamente y se dirige a su habitación. No pudo cumplir su promesa de salir del hospital y dormir en una buena cama por fin. Perdió todos sus motivos para vivir.

Unas horas después...

Al momento del amanecer, Jaekyung regresaba de su trote matutino. Debido a la resaca, corrió una distancia ligeramente más corta para poder despertarse. Después de salir de la cocina con un suero para recuperar los electrolitos que perdió por haber tomado dos y media botellas de vino. Si sabía perfectamente que apenas con media botella de vino se ponía mal, ¿porque tomó tanto ayer?.

Quería saber más, pero entra otra llamada, esta vez de Namwook, el entrenador y manager de Jaekyung. De mala gana contesta la llamada.

Llamada

Jaekyung
Entrenador.

Namwook
Te necesito ahora mismo en la entrada del gimnasio, convocaron una conferencia de prensa.

Jaekyung
¿Para qué? ¿Humillarme más de lo que ya han hecho varios periódicos por perder la pelea?

Namwook
A menos que quieras salvar su trasero de algunos cargos legales que la familia de tu contrincante planea meter en tu contra, es mejor que vengas ahora.

Jaekyung
Voy para allá.

Namwook cuelga la llamada.

Si hay algo que Jaekyung odia por encima del mal sexo son las conferencias, odia responder preguntas y tener que darle explicaciones a la gente que ni siquiera conoce. Sobretodo porque muchas van sobre su vida personal. De mala gana regresa a su habitación y prepara una maleta con ropa formal para la conferencia.

Pero antes de eso fue a la habitación de Dan. Tenía que ver si aún seguía en casa. Pero al parecer no había nadie.

[FANFIC/AU] Sólo es un contrato (Jinx)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora