Los halagos, cuando cuentan

10 0 0
                                    

Hoy ha muerto un gran pianista, de fama mundial. Todo el mundo lo lamenta. Le hacen homenajes, se escriben relatos de su vida, y muchas personas participan en sus funerales. Y, aunque esto es loable, me deprime por dos cosas: una, porque la muerte de él pareciera ser más importante que la muerte de otros, y además porque me entristece pensar en el montón de personas que hoy irán a sus funerales, pero ¿cuántos se acordaban de él ayer, cuando vivía?

Hoy su muerte resulta ser un tremendo acontecimiento, sin embargo, ayer muchos ni siquiera sabían que existiera. Es como si se esperase la muerte para recordar cuánto amamos a algunas personas.

Lo que yo quiero que sepan es que a mí no me interesan los recuerdos y los honores en el momento de mi funeral. No quiero que allí se preocupen por mí, y digan hermosas palabras y expresen cuánto me amaban. Deseo que hoy, cuando estoy vivo y plenamente consciente, me recuerden y me amen, pero que me lo digan, en palabra y acción. Más tarde, cuando ya no tenga conciencia, ni siquiera las flores más hermosas tendrán sentido sobre mi sepulcro.

Yo quiero los ramos de flores hoy, cuando pueda olerlos y cuando puedo ver la sonrisa amante de quien me los ofrece.

- ¿Qué te parece este deseo?

- ¿Cómo podemos hacer que alguien sienta que es importante hoy?

- ¿Qué crees que puedes hacer tú por alguien hoy?

Para reflexionar:

"El deseo de todo adolescente, así como el de todo ser humano, es sentirse aceptado por lo que es, y no por lo que puede o tiene" (Miguel Ángel Núñez)

Espejo Para Un AdolescenteWhere stories live. Discover now