Cuando cometo un error y mis padres o mis profesores reaccionan enojados, eso me confunde. Cuando nuevamente se repite la situación, la confusión hace que me vuelva silencioso, y cauto.
Si a eso agregamos que los adultos, al actuar así, me agreden física y verbalmente, no tengo deseos de respetarlos y ni siquiera de hablarles.
Creo que la autoridad se gana, no se impone. Respeto más a mi padre cuando, ante mi error, controla su ira y no me da varillazos, sino que me habla con ternura, confiando en que su amor podrá hacerme enmendar el rumbo.
Cuando, ante el error, soy castigado y no se me demuestra que pese a todo soy amado, siento deseos de agredir, de responder de la misma forma. En esos momentos siento que no me aman por lo que soy, sino por lo que parezco.
- ¿Cómo ves esta situación? ¿Crees que te representa?
- ¿Cuál sería -a tu juicio- la mejor manera en que los adultos podrían reaccionar frente a tus yernos?
- ¿Cómo reaccionas tú cuando uno de tus amigos o compañeros se equivoca?
Para reflexionar:
"El cambio y el crecimiento se dan cuando una persona se ha arriesgado y se atreve a experimentar con su propia vida" (Herbert Otto).
"Amar significa, en primer lugar, aceptar al otro tal como es" (Walter Trobisch).
YOU ARE READING
Espejo Para Un Adolescente
Teen FictionMientras leas este libro, pensaras: ¡Esto es exactamente a mí me pasa! Si te reconoces en alguna de estas páginas, también puedes tener la seguridad de otros lectores mayores comenzarán a comprender mejor el mundo del adolescente, lo aceptaran y lo...