EPÍLOGO

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unos pocos años después...

La rutina de la familia Zhang-Sung era simple.

Zhanghao se levantaba (o era levantado) temprano para hacer el desayuno mientras Hanbin despertaba, duchaba y vestía a la pequeña Wonyoung para finalmente dejarla en el preescolar e ir a sus trabajos.

"Amor" Llamó Hanbin a su esposo acariciando su espalda desnuda bajo las sábanas azules colocadas en aquel sofá convertible. Continuaban viviendo en el departamento de Irene, así que no les había quedado más remedio que cederle su habitación a su pequeña hija y mudarse a la sala "Es hora de levantarse, Zhanghao." Susurró contra su oído besando dulcemente el lunar que tenía cerca de su ojo.

"Cállate, no quiero levantarme." Se quejó con voz ronca, cubriendo su cabeza con la almohada y acurrucandose contra el cuerpo de Hanbin, solo cubierto por un pantalón corto.

"Tienes que hacerlo." Murmuró levantando la almohada para encontrarse con los ojos cerrados de su esposo.

"No puedes decirme eso cuando es tu culpa que esté tan cansado." Se quejó mientras se quitaba la sabana de encima y comenzaba a estirarse y bostezar.

"Es tu cumpleaños, y quería ser el primero en regalarte algo... Además, estoy seguro de que esta noche estarás muy cansado luego de la fiesta, así que no podremos hacer-"

"Lo entiendo." Suspiró levantandose, colocandose una camiseta de Hanbin que había quedado tirada sobre el suelo la noche anterior ya que estaba más cerca. Tenían suerte de que Wonyoung durmiera tanto, porque sino ya habrían tenido que hacer la 'charla' y ninguno de los dos estaba listo para dar aquella platica "Lo que realmente no entiendo es como tú, aún después de ocho años de matrimonio, no me has regalado una fusta."

"Te la regalaré cuándo la necesites..." Murmuró con voz ronca y una divertida sonrisa en su rostro.

Zhanghao lo miró serio "La necesito ahora."

"No. Ahora lo que necesitas es preparar el desayuno mientras me ocupo de mi otro bebé. Después podríamos discutir sobre la fusta." Susurró con firmeza antes de levantarse e ir al baño, sabiendo que su esposo había tenido una buena vista de su cuerpo semi-desnudo en el camino "Y feliz cumpleaños." Dijo girando a mirarlo con una sonrisa, encontrando los ojos de Zhanghao caminando tras él fijos en su trasero ya que Hanbin, a diferencia del mayor, solo tenia puestos sus calzoncillos.

"Todavía no entiendo como sigues viéndote tan perfecto luego de tantos años." Susurró Zhanghao entrando al baño tras él comenzando a cepillar sus dientes mientras Hanbin decidía tomar una corta ducha "Me estoy sintiendo más viejo que tú."

"Tener treinta y dos años no te hace viejo, Haogie." dijo "Me dejaré la barba para verme más señor entonces." Afirmó mientras abría la ducha, el agua tibia golpeando su piel con fuerza "¿Quieres ayudarme en esto?"

"Lo siento. Eso solo nos distraería y Wonyoung tiene que llegar a tiempo, al igual que tú."

"¿Qué hay de ti?"

"Pedí un día libre. Quiero terminar de escribir mi libro."

Hanbin lo miró entusiasmado "¿John y Amy tendran un final feliz?" Quiso saber.

"Terminarán bebiendo cerveza en un callejon y teniendo una charla poco interesante sobre perros."

"Es bastante bueno comparado con tus otros finales... Pero sigue sin ser un final feliz... Me gusta."



Mientras Zhanghao servía el desayuno, todavía vestido con la camiseta de su esposo, Hanbin terminaba de atar las agujetas de su hija en la habitación de ésta.

The window boy - HAOBINWhere stories live. Discover now