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Cuando Hanbin llegó a casa estaba tan débil que su padre debió ayudarlo a subir hasta su habitación, donde se quedó dormido casi de inmediato.

<<Estúpidos efectos secundarios>> Pensaba Hanbin cada vez que la debilidad luego de una diálisis lo atacaba. <<Estúpida enfermedad>> Pensaba después.

Cuando su cuerpo le indicó que ya había dormido más de lo que necesitaba, Hanbin se sintió lo suficientemente fuerte como para bajar las escaleras y cenar junto a su familia.

La cena transcurrió casi con normalidad.

Casi...

"Bin" Lo llamó su hermana, Miyeon, y Hanbin volteó a mirarla, demostrándole que la estaba escuchando "¿Quieres salir a dar una vuelta conmigo y Minho?"

Bajó la mirada a su plato mirando las verduras en este, pensado seriamente en como responderle.

"Amor, sabes que su corazón está débil y no puede hacer ese tipo de esfuerzos..." apresuró su madre al decir, sin apartar la mirada de su plato de comida.

"Entonces tal vez podríamos... solo- solo salir al jardín y mirar las estrellas"

"Miyeon, él está cansado después de la diálisis, Solo... Déjalo descansar."

"¡Deja que Hanbin hable, mamá!" Dijo Minho, exasperado.

Hanbin alzó la mirada al escuchar el tono con el que su hermano le había hablado a su madre. Otra discusión se aproximaba.

Por su culpa.

"No le hables así a tu madre, Minho." Dijo su padre, mirándolo en advertencia mientras lo señalaba ligeramente con su tenedor.

"¡Entonces dile que le permita a Hanbin hablar! ¡Él no es mudo!"

"Miyeon, yo... yo-yo solo..." Trató de decir el pelinegro.

<<Idiota, la voz no debería fallarte>> Se
regañó a sí mismo.

"Él hará lo que sea mejor para su salud. Y lo mejor para él es quedarse en casa" dijo su madre, mirando a ambos de sus hermanos. De repente, Hanbin comenzó a chasquear los dedos lentamente. Era algo que hacía cuando estaba estresado, indeciso o confundido.

Mientras su familia discutía en la mesa, él los miraba sin saber que decir, chasqueando los dedos sin ser consciente de este acto.

<<¡Haz algo, Sung! ¡No dejes que se peleen por tu culpa!>>

"¡Tiene dieciocho años mamá! ¡Ya no es un bebé!" Dijo su hermana.

"¡Pero él está enfermo!"

Esto fue lo que hizo a Hanbin reaccionar.

La ira llegó a él, y gracias a ese ataque que comenzaba a ser presenciado en su aura, el chico de ojos oscuros lanzó su plato al suelo y se levantó de la silla, enojado, sin dejar de chasquear sus dedos sonoramente.

Sus familiares al escuchar el sonido del plato caer directo al suelo los alertó tanto que de inmediato se callaron y todas las miradas fueron directas a Hanbin.

"Hey, campeón... Tranquilo. Te puedes hacer daño." Dijo su padre en tono suave, levantándose al igual que su hijo pero nunca acercándose.

"¡No soy un puto enfermo!" Gritó haciendo a sus venas del cuello notarse y con toda la velocidad que le permitían sus piernas subió a su habitación y cerró con llave, aunque sabía que su madre tenía varias de repuesto, convirtiendo a este acto en uno completamente inútil.

Comenzó a caminar por toda su habitación, sus ojos comenzaban a arder, su respiración estaba pesada, los nervios aparecieron así como varias preguntas en su cabeza.

The window boy - HAOBINWhere stories live. Discover now