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Hanbin despertó bastante temprano el domingo, sonriendo al ver a Zhanghao dormir sobre su pecho mientras se chupaba el dedo. El chico había tenido una pesadilla la noche anterior.

No había sido realmente mala, pues solo había caído por unas escaleras, pero había sido lo suficientemente aterrador como para no permitirle dormir durante un buen rato, en los cuales Hanbin lo mantuvo abrazado, tarareando dulces canciones de cuna.

Hanbin sonrió al recordarlo.

Por un momento él dejó de ser el chico débil con ataques de pánico que necesitaba de sus manos para sentirse en control y pasó a ser el novio protector que abrazó a su temeroso novio en medio de la noche. Y se sintió bien. Se sintió bien saber que podía hacer algo más que chasquear los dedos y acurrucarse en un rincón.

Suspiró.

Se veía precioso durmiendo, aún con el cabello enredado e incluso con un pequeño hilo de saliva descendiendo por su labio. Tal vez así se veían los ángeles de los que tanto le hablaba su madre cuándo era pequeño.

Besó su frente dulcemente y acarició sus mejillas, una sonrisa involuntaria apareciendo en el rostro de su novio, antes de salir de la cama.

Fue al baño, se cambió de ropa, bajó por las escaleras y entró a la cocina, donde comenzó a resolver crucigramas mientras desayunaba, como todos los días desde que vivía en aquel lugar.

Había intentando irse a vivir con Irene, o alquilar un departamento lo suficientemente barato como para poder pagarlo, pero los padres de Zhanghao se habían negado. Al parecer, a pesar de que a veces los encontraban en situaciones un tanto subidas de tono, les gustaba tenerlo allí.

Se tomó sus variadas medicinas y se colocó la insulina antes de volver a subir junto con dos nuevos crucigramas completados.

Cuando entró a la habitación, Zhanghao todavía estaba plácidamente dormido.

Entró a la cama de nuevo, rodeando la cintura ajena con sus brazos, sintiendo a Zhanghao suspirar en medio del sueño.

Comprobó con la mirada que la puerta estuviese cerrada, y al asegurarlo simplemente sonrió y comenzó a depositar tiernos besos sobre las mejillas del azabache, bajando lentamente hasta su cuello.

Zhanghao se removió entre sus brazos.

"Hmmm... ¿Hamzzi?" Preguntó con voz rasposa debido al sueño.

"¿Esperabas a alguien más?" Preguntó divertido, dirigiendo sus labios a su mandíbula, dejando sutiles mordiscos en la zona, su novio dejando escapar débiles risas.

"No... realmente no" Susurró, moviéndose poquito para que Hanbin tuviera más acceso a él "En realidad..." Agregó luego de unos minutos, alejándose un poco para mirarlo a los ojos. El pelinegro suspiró. Sus ojos no cambiaban de color, ni eran claros, ni tenían un tono peculiar, pero para él... para él eran los ojos más hermosos del mundo "ni siquiera esperaba encontrarte a mi lado al despertar" Confesó acariciando sus mejillas con una sonrisa, Hanbin sintiéndose decepcionado de si mismo.

Zhanghao realmente nunca lo esperaba a su lado en la cama. Zhanghao sabía que no estaría.

"Es decir, siempre te encuentro desayunando en la cocina, haciendo un crucigrama... Y está bien, me gusta que sigas tu rutina. Que seas tu mismo... No pongas esa cara, amor. Ya te dije que está bien. Te amo, y no necesito despertar todos los días a tu lado para saber que lo haces también."

"Pero yo... yo..." Intentaba hablar, pero un nudo se había formado en su garganta "El punto es que ambos seamos felices en esta relación, Jangguri. No solo yo. No me importaría salir un poco de mi rutina por ti. Si quieres que despierte a tu lado solo dímelo y me quedaré junto a ti, pero tienes que decírmelo. Recuerda que no soy bueno en eso de adivinar cosas... ¿Bien?"

The window boy - HAOBINWhere stories live. Discover now