033

401 60 3
                                    


El funeral de Jiwoong fue un par de días después de su muerte.

Hanbin sujetó la mano de Zhanghao (quien había prácticamente corrido a la salida de la escuela para estar allí a tiempo) fuertemente durante toda la ceremonia. Gyuvin y Ricky no fueron. No porque no considerasen a Jiwoong un amigo, sino porque Ricky tenía que ir donde sus abuelos y Gyuvin visitar a un familiar enfermo en el hospital de su ciudad natal. Aún así, enviaron todas sus condolencias a Irene y un par de ramos de rosas.

Asistió a la ceremonia un montón de gente que se consideraba amigo de Jiwoong, pero los cuales no le había visto en bastante tiempo. Todos intentaban darle consuelo a los padres con palabras vacías y copiadas de viejos libros, que Hanbin sabía no iban a funcionar. Irene, sin embargo, no era consolada por nadie. Ella parecía alejarlos en cuánto se acercaban. Tal vez era lo mejor en aquellos momentos.

Cuándo todo término, Hanbin vio a su amiga acercarse a Zhanghao y él, sus ojos cristalizados y sus mejillas humedecidas. No era el mejor de sus días y Hanbin tampoco había esperado que lo fuese.

Era extraño observar como la hermosa y sonriente novia que había visto un par de días atrás se había convertido en un ser tan triste y desolado, sobre todo para el peliazul.

"¿Puedes quedarte conmigo hoy en mi departamento, Hanbin? No creo poder soportar otra noche durmiendo sola." Suplicó con voz quebrada, una lágrima cayendo por uno de sus ojos.

El chico no lo pensó más de dos segundos.

"Está bien... Yo solo le preguntaré a mi mamá." Contestó "¿Puedes quedarte con Irene mientras la llamo, Haogie?" Pidió mirándolo y notó que Zhanghao también parecía conmovido.

El mayor asintió. Hanbin lo abrazó fuertemente y depositó un tierno beso en sus labios antes de irse.

Tal vez no era el momento adecuado para sonreir, pero si algo había aprendido de la muerte de Jiwoong era que la vida era muy corta, así que lo hizo de todas formas.

Su madre le dio permiso, pero aún así debía ir a su casa para buscar sus múltiples medicinas y algo de ropa para dormir.

Cuando regresó a donde estaban su mejor amiga y su novio sintió un profundo dolor en su corazón trasplantado y rechazado. Irene estaba abrazando a Zhanghao, llorando sobre su hombro, como si en cualquier momento fuese a derrumbarse.


Tras despedirse de su novio con un largo beso, ir a casa, guardar las miles de medicinas que necesitaría para evitar el rechazo de sus múltiples órganos y sus dosis requeridas de insulina, empacar ropa en una vieja mochila, llevar algunos crucigramas y despedirse de sus padres y hermanos, se dirigió al pequeño departamento de su mejor amiga sintiéndose nervioso por el hecho de estar rompiendo completamente su rutina.

En cuánto entró no pudo evitar sentirse atrapado y ligeramente ahogado.

El lugar era realmente estrecho, y el saber que debería dormir en aquel pequeño sofá en medio de aquella aun más pequeña sala no lo reconfortaba.

Habría corrido tanto como sus pies lo permitieran si no hubiese sabido que alguien justo en esta casa lo necesitaba.

Se colocó un short de pijama gris, una camiseta blanca y calcetines agujereados. Irene solo se había colocado su ropa interior rosa y una camiseta larga hasta las rodillas del mismo color, Hanbin no discutiendo sobre esto. Ella siempre dormía de esta forma, y aunque al chico no le gustara tenía que soportarlo. Aquel era su departamento.

The window boy - HAOBINWhere stories live. Discover now