Capitulo 29: Chocolate Caliente.

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(Maratón 2/3)




Sin darme cuenta, me convertí en una inadaptada social. Me mantenía en mi habitación, con las persianas cerradas, para evitar mirar a la casa de al lado, apague mi celular intentando evitar las acosadoras llamadas de mi amigos sedientos de chisme, me mantuve alejada de la novedosa tecnología por decirlo así, cualquier cosa que pudiera abrir más la herida. Ya habían pasado 2 días y para mi fueron eterno funeral. Aún reposaba en mi cuello esa llave plateada rodeada de enredaderas doradas. Las lágrimas volvieron a aparecer, deslizándose por la cadena de plata que sostenía de la punta con mis manos temblorosas, mi mirada vacilo por cada rincón de la habitación intentando no leer el escrito, la rabia volvió al imaginarme lo que abra hecho con esa mujer si le dijo lo mismo que a mí cuando la besaba. Arranque con furia la cadena de mi cuello. Dolió más de lo que imagine, la tire dentro del cajón, donde permanecían algunas fotos junto a él. Me sentía tan estúpida, ridícula por haber creído que podría cambiar lo que era Harry. Un mujeriego, ese indeseable chico rebelde, que aparentaba ser el más dulce que el mundo había conocido, pero ¡Que! Aun conociéndolo a él y esa fama de galán, caí débil, tal vez demasiado ciega para darme cuenta. ¿Por qué no puedes salvar a nadie?...a...si esta vez de vi de haberme salvado a mí misma, pero no quise. Recordar ese rostro que tanto amo y deseo, cubierto de sangre me hacía querer que lo de el y yo nunca hubiera pasado. Pero me mentiría a mi misma. Di vuelta la almohada para quitar lo mojado que tenían las lágrimas, y apague la luz quedando a oscuras. Intente cerrar los ojos y conciliar sueño.


- Hey...princesa no llores – su voz ronca hizo que mis músculos se tensaran, la respiración cálida cerca de mi oído, ese olor a menta sobresaliente de sus suspiros y ese perfume varonil tan embriagador. Intente dar la vuelta, pero sus manos me sostenían con firmeza desde la cintura.


- No lo hago...-dije débil, girando mi rostro para ver esos ojos verdes resplandeciendo contra los míos.


- Mientes...-susurro suave – Te amo...- escuche decir, me sobresalte dando la vuelta, el rostro de Harry se había evaporizado, la corriente de humo negra se esparcía hasta llegar a mis narices y oídos.


- Maldito imbécil – escuche decir a una voz familiar, seguida de quejidos. La imagen de la pelea rebozo frente a mis ojos. No lo pude resistir.


Apreté con fuerza las sabanas de mi cama intentando escapar del absurdo sueño, desperté dando un suspiro de alivio, mire exaltada el reloj, las 1:20 ''Mmm'' gruñí para mí, poniéndome en pie, seque la última lagrima que no se había querido evaporizar. ¿Qué sentirá él? ¿Pensara en mi?, no lo creo, aun que llegara arrodillado, sabía que era muy orgulloso para aceptarlo. Y era lo que mas dolía. Intente no hacer ruido, tomaría una taza de té o café para avivar el sueño o al menos para tranquilizarlo, abrí la perilla lentamente, al igual que la puerta. Camine despacio por el pasillo.


- Mierda! – grite pegando un saltó, al ver a Niall sentado en los escalones de las escaleras, lo ocultaba la pared así que no lo había visto y no iba preocupada por la escalera, pero verlo inmóvil me asusto demasiado.


- Shh – hizo un gesto para que callara, soltó una risita y se puso de pie – Solo soy yo, ____.


- ¡Casi me das un Paro Cardiaco! – le reproche, dramatizando con las manos en el pecho.

PASIONES REBELDES h.s Where stories live. Discover now