No fue tan malo.

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Capítulo 37.


Las voces de fondo en la película me hacían prestarle atención por ratos ya que el hombre a mi lado me desconcentraba.

—No puedo creer que no hayas visto esta película.

—Te sorprendería mi poco conocimiento en películas. En el internado apenas y tenía tiempo para algo. Estoy intentando ponerme al corriente sin mucho éxito, obviamente.

—La película es Conoces a Joe Black —observe la escena en la pantalla con Brad Pitt y volví a él.

—Tienes suerte de que sepa quién es Brad Pitt.

—Eso no me sorprende, es rubio... toda tu línea —estaba de perfil, pero percibí su sonrisa cínica.

—¿No vas a superar eso?

—Claro que no —su mano rozo la mía.

—Si quieres algo peor, no he visto Harry Potter.

Note su gesto serio mientras encogía mis piernas en el sofá acomodándome para el sermón que siempre me daban.

—Y dices que yo soy el criminal —su obvia indignación me hizo soltar una risa.

—Estaba ocupada en la escuela militar, no puedes culparme.

—Estoy seguro que incluso los militares las han visto, pero lo dejare pasar porque me agradas un poco.

—¿Un poco?

—No te emociones —rodé los ojos empujándolo.

El silencio volvió a llenar la sala, pero la comodidad que sentía era un respiro. Pasaron varias escenas antes de que hablara nuevamente.

—¿Por qué estabas metida en este caso? —su pregunta fue vacilante, había pensado bastante para hacerla—. Creí que el FBI se ocupaba de los crímenes de cuello blanco y hackers.

No pensaba decirle que yo también lo veía sospechoso. Aunque parecía no haber segundas intenciones en su pregunta, no hablaría.

Me encogí de hombros y regrese mi atención a la película que estaba a punto de terminar. Tome mi teléfono encendiéndolo para ver la hora mientras tapaba un bostezo. Eran casi las tres de la mañana y aunque dije que cumpliría el trato no podía dormir aquí, no sería tan vulnerable con él. Sonaba idiota después de lo que paso en la cocina, pero tenía mi propia lógica... irracional.

Estaba a punto de hablar cuando me interrumpió.

—¿Por qué fuiste al cementerio Aisling? —no había molestia, solo genuina duda. Como si realmente no lo entendiera.

—No dije que lo sentía para que me dejaras libre. Realmente lo siento.

—Tu no le disparaste —el silencio volvió a caer y aparto la mirada. Sus siguientes palabras me sorprendieron—. Incluso sé que yo tuve la culpa, no debí secuestrarte.

No podía contradecirlo, me sorprendía que lo aceptara. Su dolor me llegaba a pesar de su intento por esconderlo. Mi mano fue a su hombro he intente encontrar unas palabras.

—Ellos debieron investigar más antes de hacer cualquier movimiento. Yo también.

—Son tus amigos. Entiendo la desesperación —quizá los entendía, pero algo me alertaba a pensar que eso no significaba un perdón de su parte.

Nos entrenaban para controlar nuestras emociones. Yo no era buena haciéndolo, Jay sí; pero eso cambiaba si estaba en el medio alguien a quien quería. Si hubiera estado en su lugar no creo que reaccionaria mejor.

La Amante Del DiabloWhere stories live. Discover now