¿Felicidades?

400 25 2
                                    

Capítulo 27.


Regresé a mi casa sin apetito y fui directo a la cama. No sabía cuándo vendrían a revisar, pero no tenía nada que esconder. Mientras cerraba los ojos y me encogía repasando todo lo que paso ayer; el momento en que el Diablo tomo mi pistola apareció como una bandera roja alertando todos mis sentidos.

Me levante de golpee y busque el arma. ¡Mierda! no preste atención a esos detalles ¿Me entrego otra pistola? ¿Era este su gran plan? Estaba tan absorta en lo que me hacía sentir que había sido descuidada. Podía haberla cambiado, plantado otra en su lugar, usarla para algo más. Cuando la tuve en mis manos revise minuciosamente los detalles, cada número de la serie. Me deje caer en el suelo soltando un suspiro... era mi arma.

Se la quedo apenas unos minutos así que cualquier otra teoría perdía fuerza. Cuando sospechaba de él algún detalle aparecía alejándome de esa idea y cada vez era más confuso.

El Diablo había tenido la oportunidad de joderme por completo usando mi pistola, la que tenía registrada a mi nombre... pero no lo hizo ¿No estaba involucrado en esto? Una última idea rondaba mi mente, necesitaba saber que arma utilizaron para matar a Theo. El Diablo sabía cuál usaba yo y eso también podría servir para incriminarme por un rato.

Me levante buscando el teléfono, meditando si debía marcarle a Max he intentar obtener esa información. Mientras revisaba los contactos el número de Jake capto mi atención, lo dejaría como última opción. Me enfoque y deje guiar por mi instinto marcándole a Chris.

—¿Ais?

—Hola.

Su vacilación me hizo esperar una excusa de su parte. Hablar con la sospechosa de un caso, no era algo muy profesional. La línea se quedó en silencio un buen rato y espere por el pitido indicando que me había colgado, pero no hubo nada. Solo escuche de fondo la puerta cerrarse antes de que respondiera.

—¿Qué pasa?

—Necesito hablar contigo... por favor.

—¿Tiene que ver con el caso?

—Si —Chris susurro algo, pero lo interrumpí imaginando lo que diría—. No puedo decírtelo en las oficinas, necesito hablar en persona —a pesar de que no lo veía sentía la duda irradiando desde el otro lado—. Entiendo que no es profesional y lo siento por meterte en esto.

—¿Por qué no puedes decirlo en la oficina?

—Tengo miedo de que esto no sea coincidencia, podrían estar inculpándome.

Otra vez el silencio. Sabía que debía ir con Max, pero él no me dejaría en paz hasta contarle todo y eso no lo haría... todavía. No estaba lista para perderlo y no le podía seguir mintiendo. Cada día era más difícil sostener todo.

—Lo que sea que me digas, al final lo reportare al igual que esta llamada. Si aun así quieres hablar pasare a tu casa cuando salga del trabajo ¿Está bien?

—Está bien.

Dejé el teléfono de lado y mantuve mi mirada en el arma hasta que logre controlarme.

***

Ya estaba oscuro afuera, la soledad esta vez no me molestaba. Mi cabeza reposaba en mis rodillas, la televisión frente a mi llenaba el silencio, aunque no prestaba atención realmente a nada. Debía haber salido a correr o simplemente caminar, lo necesitaba. Pero eso se sentía con un esfuerzo que no podría tolerar hoy.

Revise la hora y mi mirada fue nuevamente a la ventana, Chris probablemente no tardaría en venir, el arma quemaba en mis manos así que la había dejado en la pequeña mesa. Practique de nuevo lo que le diría ignorando que mi mente atrofiada por el estrés no contribuía. Solo sería directa en lo que pudiera serlo.

La Amante Del DiabloWhere stories live. Discover now