LXXVI. Tinta

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Aunque el evento fue choqueante y aterrador, Elise lo superó eventualmente.

Por supuesto, su familia al enterarse de lo sucedido, despidieron a todos los inútiles ninjas que no pudieron hacer bien su único trabajo de proteger a su princesita y los cambiaron por unos nuevos, solo que esta vez, hubo un proceso más largo y exhaustivo de contratación, llegando al extremo de pedirle a un maestro de Fuinjutsu que hiciera un sello similar al de los Hyuga para los guardaespaldas de Elise para que ella jamás fuese herida por quienes se supone la protegerían.

Y claro, como reinas del drama que eran, la habitación de Elise se quemó controladamente hasta los cimientos y se volvió una habitación intocable, por lo que la pelirrosa tuvo que ocupar otra de las innumerables habitaciones que había en su mansión.

-originalmente esos putos locos iban a quemar toda la mansión por los malos recuerdos de Elise, pero ella logró convencerlos que de que solo quemen la susodicha habitación y nada más-.

En ese tiempo de una semana para recuperarse, se quedó en la cálida y acogedora casita de Shisui en el barrio Uchiha, aparte de cuidar de su bebé, Elise se encargó de limpiar y ordenar el chiquero que tenía su esposo en su hogar de infancia al cual casi ni siquiera ocupaba desde que ambos se casaron, ya que dormía siempre en su habitación intentando aprovechar cada guardia baja de ella para salirse con la suya -y lamentablemente, él siempre ganaba-.

Entonces, cada vez que Shisui regresaba a su pequeño hogar, podía encontrarse a su linda esposa siendo una adorable ama de casa, cocinando para él y haciendo que sus fantasías se volvieran salvajes y la presionara contra la superficie más cercana dispuesto a criarla otra vez.

Joder, ver a su linda esposa en una escena tan doméstica y simple hizo que sus bolas hinchadas y pesadas estuvieran apunto de explotar.

En esa semana que Elise tomó para calmarse de la situación, sus hijos adoptivos estaban preocupados por el paradero de su madre y su padre -¿Acaso habían sido abandonados otra vez? ¿nuevamente estaban solos?-, pero una vez que Shisui apareció para conseguirle ropa de cambio a Elise -joder, disfrutó mucho viéndola solo vestida en su ropa que le quedaba demasiado grande, pero si seguía así, no podría controlarse cada vez que ella tenía que lavar sus lindas braguitas de corazón y andar tan expuesta para él.-

-No es que él se quejara particularmente, estaría toda su vida entre sus tersos muslos y chupando sus hermosas tetas si es que pudiera, pero Elise se estaba poniendo irritable porque siempre saltaba sobre ella inesperadamente y no la dejaba descansar ni atender correctamente a Kagami hasta haber descargado una buena porción de sus bolas. Aparte, necesitaban urgentemente los pañales que Elise le compraba habitualmente a Kagami, porque descubrieron que el pequeño bebé era completamente irritable si no tenía sus pañales habituales-.

Decir que los tres niños estaban furiosos con el hombre que causó que su mami se alejara de ellos era quedarse corto, Shisui estuvo muy tentado a dejarlos salirse con la suya para torturar al hombre, pero sabía que si por alguna razón salía a la luz de que él permitió que sus hijos torturaran al acosador de su madre, la opinión pública sería lo menos a lo que tendría que tener miedo considerando lo aterradoramente protectora que era Elise con los mocosos.

Claro, podría dejar que Kimimaro actuara ya que confiaba mejor en que él no diría nada a nadie que los otros dos, pero corría el riesgo de que el pequeño albino matara al hombre sin dejarlo cumplir su eterno castigo.

Aahh, Kimi-chan podía ser tan drástico, él no se tomaría el dulce tiempo de torturar y hacer miserable al bastardo que hizo llorar a su mami como Shisui y querría eliminar rápidamente al individuo para que ni siquiera hubiera otra posible oportunidad para que su mami volviera a alejarse de él.

So Mine [Yandere! Uchiha Shisui]Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum