LXXIV. Habitación

423 54 13
                                    

Elise pasó una excelente tarde con sus niños, comieron a fuera de casa, hicieron algunas compras -materiales de arte esencialmente, sobre todo para Sai, el cual parecía comerse sus pinturas de tinta, no solo las normales, sino también las carísimas pinturas de tinta de chakra que Elise les regalaba como si fueran cosas ordinarias y fáciles de conseguir- e incluso fueron a las aguas termales después de esto.

Por supuesto, también aprovechó para comprarle ropa a Shisui y verlo con algo más que sus simples camisas manga larga Jounin o habituales pantalones de chándal. Elise se sonrojó ligeramente al pensar en Shisui con una chaqueta de cuero negra, ¡Seria como esos tipos malos en las películas o Fuck Boys, pero su lindo esposo es un sol! Y jeans, joder, había costado encontrar jeans porque en este mundo la moda es segundo plano y la comodidad y movilidad es lo primero, aun así, su lindo esposo en unos ajustados Jeans.

¡Elise estaba babeando!

Cuando llegaron a su hogar, después de varias horas, descansados por las aguas termales y con un poco de sueño debido a la relajación del agua caliente, Elise arropó a sus lindos hijitos uno por uno, les dio sus respectivos besitos en la frente, les cantó una canción de cuna y se fue, dejándolos arropados, calentitos y felices en sus camitas.

Al entrar en su habitación Elise sonrió al ver a su lindo y dulce Kagami aun durmiendo plácidamente en su cunita, casi quería arrullar por lo encantador que era su hijito bonito y chiquito, ella podría simplemente comérselo a besos en todo momento, pero sus pensamientos fueron interrumpidos cuando sintió manos en su cintura y un aliento en su nuca, por lo que se alteró rápidamente e intentó apartarse del agarre.

Shisui, usualmente sería ruidoso como el infierno y necesitado, incluso si fuese una anomalía para estar silencioso y discreto, iría primero a por sus pechos.

El fuerte agarre en su cintura continuó hasta que casi se hizo doloroso y la presionaron contra una de las paredes de su dormitorio bruscamente. Horrorizada, Elise intentó gritar, pero su boca fue fácilmente silenciada por una mano que obviamente no le pertenecía a su cálido esposo.

Enserio, los Uchihas eran hornos con patas, podías diferenciarlos fácilmente por su temperatura corporal, incluso su pequeño hijo era bastante cálido al tacto.

—¿Sabes? Ver a una linda jovencita mostrar tan fácilmente sus enormes y firmes tetas fue algo bastante sorpresivo, pero muy placentero —habló una voz detrás de ella casi paralizándola del miedo.

Tenía razón, ese no era su esposo.

—¡Mmm! —Elise se removió más fuerte, intentando luchar del agarre en sus caderas o en su boca.

Elise sintió las lágrimas bordear sus ojos cuando la mano en su cintura bajó ligeramente y se posicionó en sus caderas, apretándola firmemente mientras el hombre desconocido frotaba su ingle contra su regordete trasero. Ella realmente quería correr y huir, tenía miedo y, a pesar de su fuerte personalidad cuando de trataba de cualquier tipo de acoso, este era, sin más, el más fuerte y choqueante que ha vivido en esta vida.

Ah... recuerda cuando tenía trece, iba con el buzo escolar y un degenerado le tocó el trasero en el tren.

Y luego a los catorce, mientras estudiaba para su examen, otro bastardo se frotó contra ella.

Bueno, pues esto era peor para ella, porque ahora se supone que estaba en un espacio seguro, su propia casa; su habitación.

—Siempre vistiendo esas apretadas ropas —gruñó el hombre y las primeras lágrimas corrieron por su rostro—. Sacando tus enormes tetas para alimentar al crio sin preocuparte que alguien te vea, ¿Acaso es una forma de burlarte de quienes están a tu alrededor, eh? ¿De quienes están contratados para protegerte sin que te des cuenta, eh? ¿Tantas ganas de ser follada tienes?

So Mine [Yandere! Uchiha Shisui]Where stories live. Discover now