LXXI. Umino-sensei

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Sai y Shin miran con incredulidad el pandemónium que tienen frente a ellos... había un niño durmiendo, otro comiendo papitas, un rubio estaba haciendo un uno contra todos en una especie de pelea de globos con pintura, una rubia y otra pelirosa peleando por la atención de un azabache con pelo de pato el cual parecía seriamente apunto de matarlos a todos para tener un poco de paz y estabilidad mental.

Los únicos normales eran una niña de ojos blancos -Byakugan, administró su gran fuente de información entregada para memorizar en la fundación, recuerdos sobre los diversos clanes y demás los hicieron reconocer fácilmente a la heredera Hyuga, Hinata Hyuga y a los respectivos herederos de clanes- y un chico retraído sentado a su lado.

El resto... todo era un absoluto caos.

—Tendrán muy buenos compañeros, asegúrense de hacer buenos amigos —rio suavemente Elise.

—¡No puede ser... tú...! —el rubio de ojos azules apuntó a Sai y luego fue bombardeado por muchas pelotas de pintura que lo dejaron completamente ensuciado...

—¡Eso no es justo, dattebayo! ¡Me distraje! ¡Ya verán ustedes, bastardos! —gritó Naruto y entonces empezó a escupir— ¡Aaaggg! ¡Me entró pintura en la boca!

—Estúpido —Sasuke parecía francamente decepcionado y apunto del colapso mirando toda la mierda que tenía que soportar.

Era demasiado adulto como para soportar toda esta mierda.

Sai y Shin no podían creer la mierda absoluta que estaba sucediendo frente a ellos y, tal vez, volver a raíz no sea tan malo...

—¡Ah! ¿Es usted la hermana mayor de los dos alumnos que se unen a nuestra clase hoy? —un joven castaño mira nerviosa y torpemente a la mujer frente a él.

Elise lo reconoce al instante, incluso si es más joven y se ve un poco atolondrado, ese adolescente frente a ella es, sin duda alguna Umino Iruka, quien fue el punto de inflexión en la vida de Uzumaki Naruto para que no se convirtiera en un villano -muy justificado la verdad, todos lo trataron como una mierda absoluta sin razón-, incluso si merecía tener alguna forma de desquitarse por todo el maltrato y odio injustificado que recibió desde que nació.

—Soy Umino Iruka, soy un maestro de practica —habló nerviosamente el hombre y sus mejillas se sonrojaron ligeramente.

Iruka hace solo un año atrás, a los dieciséis años, había logrado ascender a Chunin y, aunque el trabajo no era malo como un Chunin regular, ahora que tenía diecisiete sentía que, tal vez, tomar el camino de la educación podría ser el camino indicado para él.

Llámalo presentimiento, pero había algo en el fondo de su cabeza, en su corazón, que le decía que fuese un maestro de vocación más que un simple Chunin cualquiera.

—A-ah... Takamura-sensei se está demorando un poco, por lo que tomaré la clase por el momento hasta que él llegue a darla —se explicó apresuradamente con las mejillas sonrojadas y un poco torpemente.

Si Kimimaro observará la escena, dudaría si golpear a su maestro por sonrojarse al ver a su madre, si empalarlo... tal vez después de darle una paliza le diría que ella es su madre y que Elise está casada... o simplemente decirle al psicópata de su padre.

—Está bien, confío en que estarán en buenas manos —Elise, suavemente, toma las manos de Iruka entre las suyas y le sonríe ligeramente con las mejillas tenuemente sonrojadas—. Por favor, de lo mejor de sí mismo, Umino-sensei.

—¡S-sí... lo haré! —chilló ligeramente sonrojado el castaño.

La chica frente a él era muy guapa y parecía de su edad, sino uno o dos años más joven que él, también era amable y cuidaba de sus hermanitos.

So Mine [Yandere! Uchiha Shisui]Where stories live. Discover now