Capítulo 33

45 6 3
                                    

—CAPÍTULO TREINTA Y TRES: los secretos de Pam—

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

—CAPÍTULO TREINTA Y TRES:
los secretos de Pam—

KARA

Me adentré al vestíbulo del edificio Prakva.

El primer piso era el más fachendoso y representativo. Los taburetes estaban repletos de adornos de flores y enredaderas. La pared que cubría el escenario principal tenía la bandera de Prakva en alto. Tampoco se podía pasar de vista la increíble cascada de agua que descendía desde la acristalada plataforma de la segunda planta. Al contemplar arriba pude notar las suelas de los zapatos de las personas que caminaban de un lado a otro. Podía suponer que era un día atareado en el edificio Prakva.

Detrás de aquella cascada se veía la sección de los elevadores ascendiendo y bajando. Tenía que subir al penúltimo piso, donde se encontraba la habitación de registros. Decidí adentrarme con sumo cuidado al camino que me llevaba a los elevadores.

Tenía un cosquilleo por la espalda mientras avanzaba entre los trabajadores y visitantes. Procuré pasar desapercibida, pero tenía la sensación de que la gente continuaba mirándome, como había sucedido antes en la avenida de camino hacia acá. Tenía miedo de que repararan de que no llevaba la misma ropa tradicional de la zona élite.

A pesar de andar el paso, sentí aquel recorrido demasiado lento y forzado. Nada se comparaba con la idea de llevar la elegante y confiable apariencia de Elizabeth en el edificio Honor. Todos los rostros me parecían un peligro y tuve que esconder mis manos en los bolsillos de mi capa, así no notaran el temblor que me sacudía.

Me topé con el material metálico del brazalete de Marxel y mi corazón se hundió al recordar su rostro, de como había soportado tanto dolor mientras le abría la muñeca. Esa tarde había perdido a su madre, había pasado por tanto y aún así, tomó la decisión de ayudarme y se había expuesto a la posibilidad de encontrarse en problemas cuando notaran la desaparición de su Vivem.

No podía evitar en estar preocupada por él.

¿Estaría bien? ¿Estaría con su padre ahora?

Marxel ya no formaba una amenaza. Ahora lo sabía, él estaba de mí lado.

Me adentré al elevador sin prestar atención a la mujer que también se había introducido y presioné el botón hacia el penúltimo piso. Cuando las puertas se cerraron reparé la melena ceniza y los ojos azules. Tina Isaev tenía la espalda apoyada a las paredes del elevador y con una mano sujetaba el astil metálico de soporte. Un abrigo de copete azul y verduzco rodeaba su cuello como el plumaje de un pavo real, el cual combinaba con el agua de la cascada que cubría el exterior del elevador. No podían faltar los guantes negros que abrigaban sus manos.

Su vestimenta tenía que ser una de las más llamativas que había visto en la zona élite y suponía que aquello formaba parte de un catálogo de popularidad entre ellos. Sabía que en la zona tenían sus propios desfiles de moda, aún cuando no habían eventos, la gente salía a la calle para relucir sus mejores atuendos.

Ladrona de EspejosWhere stories live. Discover now