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Ya habían pasado meses y la bebé estaba por llegar, quedaban dos semanas aunque los médicos les habían dicho que podía adelantarse.

Los chicos se fueron de gira mientras que Amelia y Melody se quedaban juntas. La pelinegra no había vuelto a saber de sus madres y era mejor así, Tom estaba bastante enojado y aunque él no podía hacer nada, trataba de cuidar a su chica.

Ellos habían avanzado bastante juntos, compraron la cuna, había una habitación aparte hecha totalmente para la bebé que aún no tenía nombre y era una pelea de todo el grupo de amigos.

─No, no me gusta ese nombre.─Dijo el de trenzas cruzándose de brazos y apoyando su espalda contra el respaldar del sillón.

─¡A mí sí!─Dijo Bill, sacándole la lengua a su gemelo.

─Yo soy el padre.─Le sonrió sarcásticamente.

─¡Basta!─Gritó Melody, haciendo que todos se callen.─ ¡Me tienen harta! Se va a llamar Anelice.─Suspiró y se levantó de donde estaba sentada siendo seguida por Tom.

─¿Y de segundo nombre le podemos poner Tom?─Preguntó y la contraria solo rodó sus ojos.

Esa tarde irían para comprar más ropita y regalos para la bienvenida. Todos se estaban arreglando, menos Melody que estaba durmiendo la siesta.

─¿La despertamos?─Preguntó George viendo cómo dormía plácidamente.

─Yo diría que no.─Gustav sacó una pequeña foto de Melody ya que su vientre se notaba bastante.

─Pero debemos irnos.─Comentó Bill, quien estaba al lado de los chicos.

─Los matará si la despiertan, la conozco como si la hubiera parido.─Sonrió Amelia.

─Vayanse, ahora la despierto.─Tom apareció atrás de los chicos, haciendo que peguen un salto por el susto.

Los chicos se fueron, el de trenzas cerró la puerta lentamente y se acercó a la pelinegra, dejándole besos en su vientre.

─Princesa de papá ¿Por qué no despiertas a mamá que debemos irnos?─Tom hablaba despacito mientras miraba con amor a la panza.

Parece como si lo hubiera escuchado, ya que notó como se movía y Melody se quejaba.

─Despierta, linda.─Le dejó un beso en la mejilla y ella abrió los ojos de a poco.

─¿Qué pasa y por qué me...─Ya con sus ojos abiertos del todo vio la escena más sexy que podría haber visto; Tom con una toalla al rededor de su cintura y nada más que eso.

─Te encanta lo que ves ¿Verdad?-Sonrió de costado y le guiñó un ojo.─ Debemos irnos, levántate y cámbiate.

─¿Me puedes follar?

─¿Ah?

─¿Lo dije o lo pensé?

─Lo dijiste.─Rió y la contraria se sonrojó.─ No podemos hacerlo por más que quiera, no falta nada para el parto y temo lastimarte.

Ella sonrió. Se levantó y buscó ropa cómoda pero linda para luego cambiarse, se peinó y maquilló a penas.

─Te ves hermosa así y recién levantada.

─Me haces poner nerviosa, basta.

─¿Todavía te pones nerviosa?─Se acercó a la chica agarrándola de la cintura y pegándole despacio hacia su pecho.─Te embaracé y aún te pones nerviosa.

─Sí ¿Y qué?─Lo miró con las cejas levantadas y sonriéndole.

Se quedaron mirando por unos minutos, en los ojos de ambos se notaba ese brillo especial que alguna vez hubo, el pecho de ambos respiraban con normalidad sintiéndose cómodos ante eso. Se miraban fijamente, mientras que su panza se revolvía debido a los nervios y se notaba lo que ambos sentían por el otro.

𝘛𝘩𝘦 𝘦𝘹𝘤𝘪𝘵𝘪𝘯𝘨 𝘨𝘦𝘳𝘮𝘢𝘯; T.KWhere stories live. Discover now