𝘛𝘩𝘦 𝘦𝘹𝘤𝘪𝘵𝘪𝘯𝘨 𝘨𝘦𝘳𝘮𝘢𝘯; T.K

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Melody se encontraba durmiendo, ya iba cursando el cuarto mes de embarazo, tenía antojos raros y dormía básicamente todo el día. De a poco iba tratando de estar bien, debía estar bien por su bebé y por ella.

Los chicos estaban comiendo, menos la antes nombrada, escucharon el timbre pero aún así siguieron hablando y haciendo como que no escucharon.

─¿Entonces vamos a despertar a Mel para comer o no? No entiendo.─Dijo Gustav mientras ayudaba a los chicos a poner lo que faltaba en la mesa.

─Este timbre de mierda.─Dijo Georg quejándose, ya habían tocado más de tres veces.

─¿Por qué ninguno fue?─Bill rodó los ojos y se dirigió a la puerta para abrirla y encontrarse con aquel chico.─¿Tú?

Melody seguía durmiendo mientras abrazaba a su gatita llamada chunna, cansó tanto a los chicos de que quería adoptar a un gatito y de regalo se la dieron, bueno, a su hija no a ella.

Sus ojos empezaron a abrir de a poco sintiendolos todavía pesados y cansados, eso hizo que se cierren cada tanto. Podía escuchar unas voces proveniente de atrás de la puerta, pero siguió durmiendo ignorando aquellas voces. De a poco esos murmullos eran más fuertes y escuchó una voz que se le hizo bastante familiar.

Abrió de a poco sus ojos, no hizo ningún ruido y agarró una remera grande de Tom que había quedado en su placard. Se puso esa remera y abrió la puerta, dejando a ver a los chicos, su amiga y alguien más.

─¿Qué haces aquí?─Preguntó la pelinegra mirando a aquel chico que se había ido por meses, dejándola sola y con un embarazo.

─¡Yo le dije que no pasara!─Dijo la mejor amiga de la chica.

─Es mi casa, mi habitación y por ende puedo volver cuando yo quiera.─Contestó el de trenzas con un tono molesto y sin mirar a Melody.─¿Podemos hablar?─Su mirada se dirigió a la antes mencionada, haciendo que un silencio incómodo reine el ambiente.

─No.─Su respuesta fue seca, se dió media vuelta para cerrar la puerta pero la mano del contrario se posó en la madera haciendo que no pueda cerrarla y recibió una mirada fulminante de la chica.

─Bien, los dejaremos para que hablen.─Dijo Bill y le hizo señas a los chicos para que se vayan, así los dejaban a ambos solos.

Melody se sentó en la cama de una manera que la panza no le incomode, miró a Tom como actuaba normalmente mientras dejaba sus cosas, que fue reemplazado por cosas de la pelinegra. Acarició su pancita ya un poco notable, esperando al de trenzas para por fin darse la charla.

─Si gritan o algo vamos a entrar, no quiero que Melody pierda a su bebé por culpa de una pelea.─Dijo Gustav con un tono preocupante, los demás asintieron.

─Bien..─Tom carraspeó su garganta y se sentó frente a la pelinegra, dirigiendo su vista a aquella panza dónde crecía un hijo de él. Quedó en shock y en total boquiabierta.─ ¿Es mío?─Tragó duro, no podía pensar en otra cosa.

─¿En serio lo preguntas?─Suspiró, mirándolo fijamente con el ceño fruncido.

─Sí..

─¡¿Es lo único que preguntas después de haber desaparecido casi por dos malditos meses?! ¡¿No vas a darme ninguna explicación coherente, Tom Kaulitz?!─El tono de voz estaba empezando a ir cada vez más alto, haciendo que los chicos se alarmen y toquen la puerta.

─¿Estás bien, Melody?─Se escuchó un grito y reconocieron la voz de George.

─¡Sí! ¡No te preocupes!─Respondió con el mismo grito, notandose segura de sí misma para dejar tranquilo a los chicos.

Tom por un lado, seguía mirando aquel vientre y su mente quedaba en blanco, estaba luchando para que aquellas lágrimas no salgan. Su apellido ya no sonaba de la misma manera cada vez que salía de la boca de la pelinegra, no le gustaba estar así.

─¿Y?─Melody se cruzó de brazos, esperando aunque sea explicaciones creíbles.

─Yo.. ¿Puedo?─Preguntó mientras miraba la panza, indicándole que quería acariciarla y la contraria solo asintió.─Wow..

─¡Ay!─La pelinegra se retorció ante el dolor que sintió dentro de ella.

─Eso fue...

─Sí, la primera patadita.─Sonreía mientras derramaba lágrimas al igual que Tom.

─Por favor, hablemos de lo ocurrido.─El tono de voz del masculino había cambiado a uno apenado, se acercó al vientre dejando un suave beso y se puso derecho para poder hablar.

─Es que, lo peor es que no puedes explicar nada... Todo se entendió a la perfección.

─¿Entonces estamos bien?

─No, Tom.─Suspiró pesadamente.─Tu y yo ya terminamos hace rato, de cuando me enteré sobre todo eso y de cuando te vi en tele con otras chicas. Algo se rompió en ese momento, si bien estoy esperando una hija tuya yo creo que no debemos intentarlo más.

─Está bien, lo entiendo..─Respondió con un tono triste y agachó la cabeza.─¿Qué nombre le pondrás?─Levantó su cabeza para mirar el vientre y luego a ella.

─Pondremos.─Sonrió y el contrario igual.─ No sé... Estaba pensando en algo como...-
─Mordió levemente su labio inferior para pensar.─ Alaia capaz.

─Me gusta.─Sonrió el de trenzas.─ Y de apñelido Kaulitz ¿Verdad?

─Obviamente.─Ambos rieron.

La tarde pasó tranqui, Melody le contó a Tom la reacción de sus madres y lo puso al tanto de todo lo que había pasado, habían quedado en que ella se quedaría en la mansión, pero que Tom duerma a su lado para cuidar la panza.... Sí, cuidar...

Habían recibido una llamada que era el manager de los chicos diciéndoles que tenían una entrevista esa noche y debían de dar un pequeño concierto. Quedaron en irse a comer a un restaurante y luego ir a la entrevista.

───☃────

─No, Tom.─Dijo la pelinegra, quién estaba perdiendo la paciencia.

─¿Por qué no?─Hizo un puchero para darle lastima.

─No quiero que sepan que estoy embarazada y menos que sepan que es tuyo.─Dio una mirada seria, a lo cual el contrario levantó los hombros y luego se fue dando un portazo.

─¡¿Ya están?─Gritó Bill para que todos escucharan, seguramente se escuchó hasta afuera.

La pelinegra se terminó de cambiar, bajó la escaleras dónde estaban los demás y salieron, yendo hacia la camioneta y subiéndose.

─Me olvidé algo, ya vengo chicos.─Los demás asintieron y ella se bajó de la camioneta, abrió la puerta con la llave y subió al cuarto.

Agarró su celular, trató de irse rápido pero sintió unas manos agarrar su brazo con algo de fuerza, haciendo que se voltee a ver a aquella persona.

─Yadiel..