capitulo X: que se jodan voces internas

15 3 13
                                    

Tracey se encontraba sentada en un rincón oscuro y apartado de la ciudad, sintiendo la tristeza y el peso de su situación abrumarla. Las voces internas resonaban en su mente, repitiendo palabras crueles y despiadadas que habían sido parte de su vida por tanto tiempo.

"Eres una carga para todos... no mereces ser amada... todo es tu culpa..."

Las lágrimas rodaban por sus mejillas mientras se encogía en sí misma, sintiéndose perdida y sin esperanza. Su corazón se llenaba de dolor y su voz interna la convencía de que merecía estar en ese lugar oscuro y solitario.

Sin embargo, en medio de la oscuridad, un recuerdo la iluminó. La voz de Jimmy resonó en su mente como un rayo de luz en la oscuridad.

"No importa lo que haya pasado antes, estoy aquí ahora y siempre."

Las palabras de Jimmy habían sido un bálsamo para el alma de Tracey. Habían sido una prueba de que alguien se preocupaba por ella, que alguien la veía más allá de su situación y que había encontrado un verdadero amigo en Jimmy.

Aunque las voces internas seguían susurrando palabras hirientes, Tracey luchó contra ellas con la fuerza de ese recuerdo. Sabía que debía aferrarse a la amistad y la esperanza que había encontrado, porque aunque el camino era difícil, tenía a alguien que caminaba a su lado.

Respiró hondo y se secó las lágrimas. Se recordó a sí misma que no estaba sola, que había encontrado un lugar en el corazón de alguien y que merecía la amistad y la compasión.

"Las voces internas están equivocadas", se dijo en voz baja pero firme. "Merezco amor, amistad y una vida mejor."

Con determinación en sus ojos, Tracey se puso de pie y decidió seguir adelante. Aunque la tristeza aún la acompañaba, sabía que podía enfrentarla con la ayuda y el apoyo de Jimmy y, tal vez, incluso con la comprensión y la amistad de otras personas que pudieran cruzarse en su camino.

Así, con el recuerdo de la amabilidad de Jimmy guiándola y la fuerza de su propio corazón, Tracey se preparó para enfrentar los desafíos que la vida le presentara, sabiendo que había encontrado una chispa de esperanza en medio de la oscuridad.

El cielo se oscureció de repente, y unas nubes grises cubrieron el sol, presagiando la llegada de una lluvia inusual en Beverly Hills. Tracey caminaba sola por las calles, sumida en sus pensamientos y emociones. A pesar de haber luchado contra las voces internas, todavía se sentía vulnerable y triste.

La lluvia comenzó a caer con fuerza, empapando todo a su paso. Los transeúntes apresurados buscaban refugio, mientras que los autos pasaban con sus limpiaparabrisas en movimiento. Pero Tracey permanecía en medio de la lluvia, dejando que las gotas frías tocaran su rostro y su cuerpo.

El agua pronto le llegó a los tobillos y luego a los talones, formando charcos en el suelo. Tracey sintió cómo la lluvia parecía reflejar sus propias lágrimas, como si el cielo compartiera su dolor.

En ese momento, una ráfaga de viento llevó su mirada hacia un escaparate de una tienda de ropa de lujo. En el cristal, se reflejaba su propia imagen empapada y desaliñada. Por un instante, sus voces internas volvieron a susurrar palabras hirientes.

"Eres una indigente... no perteneces aquí... nadie te quiere..."

Tracey cerró los ojos, tratando de bloquear las voces negativas, pero la tristeza amenazaba con envolverla nuevamente. Sin embargo, en medio del diluvio, otro recuerdo llegó a su mente: la imagen de Jimmy abrazándola y diciéndole que estaba allí por elección propia.

En lugar de hundirse en la tristeza, Tracey decidió aferrarse a ese recuerdo. Se recordó a sí misma que tenía a alguien que la apreciaba, alguien que había decidido estar a su lado sin importar su situación.

Con un nuevo sentido de determinación, Tracey levantó la mirada hacia el cielo y dejó que la lluvia la envolviera completamente. La lluvia se mezcló con sus lágrimas, pero esta vez no había tristeza en su rostro, sino una especie de paz interior.

Se sintió purificada por la lluvia, como si cada gota llevara consigo el dolor y la negatividad que había cargado durante tanto tiempo. La lluvia le recordó que incluso en los días más oscuros, siempre había algo que la reconfortaba y le daba esperanza.

Cuando finalmente dejó de llover, Tracey se sentía renovada. Sus ropas estaban empapadas, pero su corazón estaba más ligero. Sabía que enfrentarían más desafíos por delante, pero con la amistad de Jimmy y la fortaleza que encontraba dentro de sí misma, se sentía capaz de afrontar cualquier tormenta.

Ya caída la noche Tracey caminaba sola por las calles después de la lluvia, su corazón todavía lleno de la paz que la lluvia le había traído. Sin embargo, la tranquilidad fue interrumpida cuando escuchó unos pasos sigilosos acercándose detrás de ella. Giró la cabeza y se encontró cara a cara con Carla, la ex amiga de Jimmy, cuya malicia era bien conocida.

Carla sonrió con malicia al ver a Tracey empapada y desaliñada. "Oh, mira a quién tenemos aquí", dijo burlonamente. "La indigente de Beverly Hills".

Tracey intentó ignorar las palabras de Carla, pero sus comentarios hirientes la afectaron más de lo que quisiera admitir. Sin embargo, se recordó a sí misma que Carla no merecía su atención ni su energía.

"¿Qué quieres, Carla?" preguntó Tracey, tratando de mantener la calma.

Carla se acercó a Tracey, mirándola con desprecio. "Solo quería ver cómo está la pobre chica sin hogar", dijo con sarcasmo. "Es tan patético que te aferras a la esperanza de que Jimmy te quiera".

Tracey sintió una punzada de dolor en su pecho, pero no se dejó intimidar por las palabras venenosas de Carla. "Jimmy y yo somos amigos", respondió, tratando de mantener la calma. "Y eso es todo lo que importa".

Tracey respiró profundamente, intentando calmar su corazón acelerado. Sabía que Carla no era alguien que pudiera entender o apreciar la verdadera amistad y el cariño que tenía por Jimmy su amigo.

bajo las estrellas de beberly hills Donde viven las historias. Descúbrelo ahora