-tan joven, aun ni siquiera se le quita toda la grasa de bebé de su rostro--.

—¡Oh! Aun no —Elise sonrió ligeramente negando—. Mi esposo encontró al chico en el camino, los padres eran abusivos y lo abandonaron, así que lo trajo con nuestro grupo y rápidamente me encariñé de él, así que lo adoptaremos después de que se termine nuestra luna de miel.

—¿Oho...? ¿Estás de luna de miel? —preguntó sorprendido el hombre— Te ves bastante joven como para ello, ¿Tus padres lo organizaron todo?

—Eje... si, mis padres organizaron nuestra boda —Elise se sonrojó ligeramente mientras llevaba su mano hacia su nuca.

—Hum... Tu esposo, ¿Al menos te trata bien...? —el hombre le dio una mirada de lástima y Elise sintió una interrogante crecer sobre su cabeza.

—Sí, él es muy dulce y amable —respondió automáticamente.

—Ya veo... —la mirada de simpatía solo aumentó y Elise sintió varias interrogantes crecer sobre su cabeza.

—Bueno, cambiando de tema —esa molesta mirada seguía—. Usted conoce por aquí, ¿Verdad? —el hombre movió ligeramente su cabeza de un lado a otro en señal de que algo sabía, pero no mucho— ¿Podría recomendarme algunos lugares donde ir?

—Mmm... he escuchado de un famoso lago cercano, tiene hermosas vistas de noche, pero de día tampoco está mal —el hombre puso una cara pensativa—. Mi esposa también habla de vez en cuando de una cafetería que te permite decorar tus propios pastelitos calle arriba, también me ha hablado de un centro de manualidades que, a su vez en una tienda de té, ahí puedes crear cosas como pulsas y esas cosas... mmm... ¿Qué más...? Oh, claro, cada tres días se presenta una obra teatral en el teatro municipal, son bastante buenas, solo que repiten las mismas obras durante un mes entero y luego cambian a otras según lo que he oído.

—¡Oh! —jadeó sorprendida Elise y el hombre le sonrió suavemente.

—¿Sabes? Me recuerdas un poco a mi hija, ella tiene dieciséis años, trabaja en una cafetería de gatos —el hombre rio entre dientes—. Sin duda deberías pasar por su tienda de gatos, estoy seguro de que adoraría tener compañía de su edad.

—¿Enserio? —Elise se rio ligeramente.

—¡Por supuesto! Mi hija es muy encantadora, es la mejor niña del mundo. Es muy hermosa, inteligente y honesta, siempre trabaja duro por sus objetivos sin olvidarse de ser amable y cariñosa —se jactó el hombre y Elise rio entre dientes.

—Que adorable.

—¡Sí! Mi hija también es muy adorable... —el hombre sacó su billetera y le mostró imágenes de su hija durante unos minutos jactándose aún más y soltando algunas historias interesantes de infancia—. Oh, por cierto, ¿Cuántos años tienes, joven señorita?

—Tengo quince —rio alegremente y el hombre se congeló mientras su sonrisa se borraba ligeramente.

Oh...

Pobre niña, atrapada en un matrimonio concertado y embarazada tan joven, es solo una niña a la que se le quitó el futuro demasiado joven.

—Ya veo... —la sonrisa del hombre era un poco forzada—. Dile a mi hija que vienes de mi parte, soy Adib, seguramente ella te hará un descuento.

Adib se encargaría de hablarle a su hija sobre la pobre chica frente a él para que le hicieran un descuento.

Sinceramente, Adib detestaba los matrimonios concertados, la sola idea de obligar a una mujer o a un hombre a casarse con una persona que no ama ni la ama lo aterroriza, porque sabe que, a falta de amor en un matrimonio, significaría una gran ejerción de violencia domestica.

Él lo había vivido, Adib era consecuencia de un matrimonio arreglado.

Y Adib se escapó de casa a los trece años y empezó a vivir fugazmente su vida, consiguiendo trabajos esporádicos, a veces robando, pasando frío en las calles, teniendo que pelear por un trozo de comida añeja o incluso podrida con otras personas en situación de calle...

Pero todo era mejor que un matrimonio concertado.

-porque su madre murió a causa de las manos de su padre, porque Adib no se cree la mentira de que ella se "suicidó" porque él la engañaba y tenía una amante. Adib no era imbécil, la mirada de superioridad de la amante era lo suficiente como para decirle que todo era una gran mierda y que, si no se iba pronto, él seguramente sería el siguiente en "suicidarse" por "no aceptar" a la nueva amante de su padre o la muerte de su madre-.

La sola idea de que alguien decidiera la vida de otras personas por su propio beneficio le enfermaba, ¿Cómo sabías que la persona con la que casaste a tu hijo o hija realmente era una buena persona? Muchas veces los niños mentían porque si sus padres fueron capaces de ignorar sus deseos con tal de imponer su codicia o beneficios, ¿Qué les harían si supieran la verdad de que el matrimonio va muy mal?

Adib jamás concertaría un matrimonio para su hija, por muy miserable que él o ella sean.

—Oh, no es necesario, estaría encantada de pasar una agradable velada en una cafetería para gatos, no me importaría pagar lo habitual o un poco más —desestimó agradecida Elise.

-la niña frente a él era muy buena, seguía teniendo ojos puros y amorosos a pesar de su horrible matrimonio arreglado, a pesar de que seguramente la casaron apenas cumplió la mayoría de edad por beneficio de sus egoístas padres y se embarazó a los catorce de su supuesto marido que la trata "bien"-.

—No te preocupes, si es así, entonces déjale más propina a mi encantadora hija —el hombre le guiño el ojo riendo ligeramente.

-pero, ¿Qué tan mal debieron de tratarla sus padres para que considere que "tratarla bien" sea dejarla embarazada tan joven y frustrar sus posibilidades futuras?-

—¡Por supuesto! Iré a todas las cafeterías que me recomendaste.

—Oh... lo siento, recomendé más cafeterías que cualquier otra cosa —rio nerviosamente el hombre despeinándose el cabello—. Supongo que mi apetito es gran influyente en mis destinos turísticos.

—¡Oh! ¡No pasa nada! Yo también soy así, agradezco que haya comida dulce, siempre se aprecia algo delicioso —rio Elise.

-pobre chica, tan joven y embarazada, con todo un futuro por delante-.

Cuando los pasajeros de la atracción se bajaron, Shisui y Kimimaro se encontraron con la vista de Elise anotando lo que varias personas de decían, sobre todos hombres y algunas mujeres se adelantaban para corregir algunas direcciones, para cuando llegaron a su lado, escucharon a un hombre jactarse de su hermosa hija y lo genial que es ella, Elise solo se reía mientras terminaba de anotar las direcciones y se acercaba a ellos despidiéndose de las personas.

—Entonces... ¿Qué fue eso? —comenzó suavemente Shisui con una sonrisa un poco forzada— ¿Te estaban molestando?

—Oh no, todas esas amables almas me dieron nuestras próximas paradas para el resto de la semana —Elise sonrió felizmente.

Shisui palideció al ver como Elise desenrollaba una gran lista de cosas que hacer.

—E-esto... Elise ¿Estás segura de que lograremos hacer todo esto...?

—Por supuesto, la mayoría son buenas cafeterías y recomendaciones de postres —Shisui suspiró aliviado.

—Entonces, si mañana no estamos demasiado cansados, iremos a nadar al lago Naya y luego pasaremos por la cafetería... —Elise empezó a hablar y Shisui simplemente sonrió suavemente mientras Kimimaro solo escuchaba atentamente a la pelirrosa.

Mientras tanto, cierto par de madre e hijas soltaban pequeñas risitas, emocionadas por el extenuante panorama del día siguiente.

Cuando salieron el parque de atracciones luego de haber comido dentro, era muy tarde en la noche y los niños se encontraban dormidos. Kimimaro dormía plácidamente sobre la cálida espalda de Shisui, mientras que Karin se encontraba en los brazos de su madre.

Por otro lado, Elise caminaba felizmente al lado de su esposo, el cual solo podía sonreía tiernamente ante el estado somnoliento de su amada.

Fue un buen día.

So Mine [Yandere! Uchiha Shisui]Where stories live. Discover now