veintiocho

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El mafioso les detalló toda la información necesaria que tenían que saber para poder hacerse pasar por uno de ellos, y también les dijo las cosas que jamás tenían que decir allá dentro.

Por ahora el plan iba bastante bien, todo había salido como esperaban.

— Bien, antes de irnos, ¿donde tenés tu celular? -Preguntó Iván-

— Esta dentro del furgón -Le respondió-

Buhajeruk no necesitó decirle nada a Rodrigo, con una simple mirada el ojiverde entendió lo que le quería decir, por lo que rápidamente se dirigió hacia el vehículo para buscar el teléfono del chico, una vez lo encontró, volvió junto a ellos.

— Vale, ahora vamos a llamar a uno de los chicos que están en la sede a la cual ibas a ir vos, y les vas de decir que van a ir para allá dos chicos que acaban de trasladar, que estamos al tanto de todo y que vos has recibido la orden de ir a otro lugar, ¿okay?

El chico asintió ante lo que le ordenaba Iván, para posteriormente decirle cual era la contraseña de desbloqueo de su celular, e indicarle el número al que tenían que marcar.

Por lo visto habían tenido suerte, ya que el chico del furgón parecía ser alguien relevante dentro de la mafia, y aunque el no tuviese contacto directo con el jefe, el chico al que iban a llamar, era la pareja de uno de los socios directos del cabecilla, así que cada vez estaban mas cerca de lograr su cometido.

— Voy a marcar ya, así que mas te vale poner tu mejor voz para que tu amiguito no sospeche -Advirtió Iván antes de marcar-

Tres tonos sonaron antes de que la llamada fuera respondida.

— ¿Si? -Una voz se escuchó desde el otro lado-

— Hola Gotti, te llamaba para avisar que no voy a ir para allá, van a estar yendo dos chabones que recién trasladaron, a mi me mandaron a otro lugar para hacer unas cosas, pero no te preocupés, ellos ya saben todo -Dijo el mafioso con la mayor naturalidad que pudo, contando con que tenía delante suyo a alguien que le podía hacer pasar por la peor tortura de su vida-

— Dale, gracias por avisar, yo mismo los recibiré, chau -Respondió simple antes de colgar-

Al terminar la llamada, Iván guardó el teléfono del mafioso en su bolsillo, ya lo tenían todo listo para irse.

— Nosotros vamos a irnos ya, vos te vas a quedar acá, no te vamos a desatar hasta que volvamos de la sede, a la vuelta ya veremos que hacemos con vos -Dijo para después ponerle cinta adhesiva en la boca al mafioso, evitando que pudiese gritar en busca de ayuda cuando ellos ya no estuvieran ahí-

Antes de irse, recogieron todas las cosas que habían utilizado, y escondieron el coche el policía entre los árboles, alejándolo un poco de la carretera, por si pasa a alguien por ahí, que no lo viera.

Con todo ya listo, ambos de subieron al furgón, siendo Iván el que conducía, pero antes de arrancar el vehículo, Rodrigo notó algo extraño en la expresión de este, lo notaba un poco decaído, incluso pálido.

— Eu, pará, ¿esta todo bien? te noto raro -Preguntó bastante preocupado-

Le parecía extraño el cambio tan repentino que había tenido el policía.

Buhajeruk no quería responder a la pregunta, no quería que el ojiverde le viese como alguien débil, así que trató de evitarla, pero no funcionó, Carrera no se iba a rendir tan fácilmente.

— Dale Iván, contáme, no te voy a dejar arrancar hasta que no me digás que mierda te pasa y por que este cambio de actitud.

El policía suspiró rendido, aceptando en contarle, aunque le diese vergüenza admitirlo.

— Realmente odio hacer esto, odio tener que recurrir a la violencia de esta manera, pero es la única forma de hacer que hablen, así que tengo que actuar como si estuviese loco, como si realmente disfrutase torturando a la gente cuando no es así, pero si muestro cualquier señal de debilidad o cualquier atisbo de duda, mando todo a la mierda -Largó un suspiro frustrado- No es la primera vez que hago algo como esto, es bastante común para sacar información, pero nunca termino de acostumbrarme, lo único es que cada vez actúo mejor, realmente parece como si lo disfrutara -Dejó caer su frente en el volante del auto-

Rodrigo no supo que responder, así que simplemente actuó en un impulso y se acercó a Iván, abrazándolo. Sorprendentemente, Buhajeruk no se alejó, así que aprovechó para disfrutar de la cercanía del contrario.

— ¿Por que no me dijiste? -Preguntó en un susurro- Si me hubieras dicho me podría haber encargado yo de eso, al final, he hecho cosas mucho peores que eso.

Iván dejó escapar una risita corta, le parecía surrealista el echo de estar siendo consolado y abrazado por un asesino, pero prefirió no pensarlo mucho, de alguna manera le reconfortaban la cercanía y las palabras del otro.

— Ya no importa, de todas maneras, no va a ser la última vez que tenga que hacer algo así, al final es algo medianamente normal en los interrogatorios -Dijo, recomponiendo su postura y rompiendo el abrazo-

— No, a mi si me importa, tuviste que pasar por un mal momento cuando no era necesario -Se quejó Rodrigo-

Iván lo miró sorprendido, ¿por que mierda se preocupaba de repente por el?

— No me gusta que la gente sepa de mis vulnerabilidades, me perjudica para el futuro, a parte, ¿por que te preocupás tanto por mi? -Preguntó inquisitivo-

A Rodrigo le hubiese gustado responder algo como que simplemente se preocupaba por él por el bien de la misión, pero no le salió mentirle.

— La verdad, a mi también me gustaría saberlo -Susurró, para después acercarse lentamente hacia el rostro contrario-

Agarró a Iván suavemente de la nuca y unió sus labios en un tierno beso que no tardó en ser correspondido. El beso no era desesperado ni necesitado, era un beso lento, en el que ambos se transmitían sentimientos que ni siquiera ellos aceptaban todavía.

Sus labios encajaban increíblemente bien, parecía que estuvieran hechos para estar juntos.

Poco a poco, el beso se iba volviendo más profundo, e Iván agarró a Rodrigo de la cintura para acercarlo más a el, a pesar de que estaban un poco incómodos por estar dentro de un furgón.

Suspiros de placer se perdían entre ambas bocas, hasta que finalmente se terminaron alejando, pero aún manteniendo sus frentes unidas.

Iván estaba levemente sonrojado, más que nada por que ni siquiera había puesto un poco de resistencia cuando el contrario se había lanzado a besarle, en ese momento su mente se desconectó y se dejó llevar, lo peor era que le había gustado, y la ternura con la que se habían besado, le había generado un cosquilleo en su interior que no le agradaba para nada.

— No podés ser tan lindo enserio -Susurró Rodrigo, aún sin alejarse- Me hacés mal.

Y antes de que Iván pudiese responder algo, el ojiverde ya lo había vuelto a besar.






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Y hasta aquí el capítulo veintiocho

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serial killer [rodrivan]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora