↬𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐𝟓.ೃ࿐

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Jungwon deseaba tanto partice la cabeza contra la pared en este momento.

Tuvo que rogar para que lo dejaran cerrar el restaurante, además, también tuvo que ingeniárselas para no dejarse vencer por sus emociones dolorosas y confusas, Sunoo lo abrazó y le volvió a decir que hablara con Jay sobre el tema de las cartas, que por si no quedo claro, Jungwon le había escrito a mano dos cartas, la primera contando la muerte de su madre y le segunda sobre la de su padre, primero la mando con el fin de poder verlo en ese año tan devastador, lo necesitaba mucho, tanto que dolía el doble la pérdida.

Pero Jay no apareció, lo cual tomo como algo normal, es decir, Jungwon lo termino antes de partir, para él era algo normal que no haya asistido al velorio de sus padres, pero algo le decía que asistiría como amigo, aunque sea debia haber asistido de esa forma, por lo que pensó que Jay había pasado la página, que literalmente se había olvidado de él, que lo odiaba y que jamás lo vería en su puta vida.

Pensó que se lo tenía merecido, que fue el karma, que fue el mismo Jay quien optó por no ir a verlo cuando sus padres fallecieron, lo cual en la actualidad lo tomo como algo que debió pasar, pero en el pasado dolió tanto, tanto que por unos días se decepcionó del chico, se molesto tanto porque no vino para estar a su lado, pero al final siempre recordaba que fue su culpa, ya que él lo dejó, y que todo le estaba volviendo, por eso terminó odiándose así mismo en vez de a su ex pareja, que no tenía la culpa de nada en realidad.

Sin embargo, con lo confundido y asombrado que se vio cuando menciono el tema de las cartas, algo dentro de Jungwon se partió, Jay no sabía que sus padres ya no estaban en esta vida y su cabeza se llenó de puras teorías.

Los ojos de Jay, no mentían, el de verdad no tenia idea de las putas cartas.

Y siendo como es, no pudo haberse confundido, era bastante calculador a la hora de mandar algo al extranjero como lo es unas simples cartas, lo sabe, mando varias encomiendas y correos a su hermano cuando se quedó en Estados Unidos, o en cualquier otro país, tenía cancha en ese tema, por lo que creía imposible el hecho de que esas cartas no hayan llegado a la puerta del mismo Jay Park.

Que dolor de cabeza, por dios.

Cuando terminó de barrer el piso se pasó su brazo totalmente agotado por su rostro, estaba tan cansado mentalmente como físicamente, trabajo todo el día, los clientes en un momento se multiplicaron y agradeció de algún modo el hecho de que no se volvió a topar con Jay.

Se sintió un poco fatal con lo último que le dijo, no era su idea sonar tosco o algo por el estilo, solo dijo lo primero que se le vino a la mente y por mucho que doliera, sabía en el fondo que era lo mejor para ambos el no volver a cruzarse.

Le basta con saber que Jay esta mejor, esta cumpliendo sus sueños y seguro que es feliz con la persona que tiene a su lado.

No volverá a acercarse, ¿no?.

De pronto noto como alguien tocaba la puerta del lugar, tenía capucha, nunca habia visto alguien igual, muy a pesar de verlo con dificultad, la vista de halcón de Jungwon nunca falla y por mucho que lo intentara, ese rostro se le hacía algo familiar en cuanto lo analizo detenidamente.

Cuando se acercó a abrir noto como el chico comienza a sonreír de oreja a oreja e intenta mirar por sus hombros hacia atrás, algo que alarmó a Jungwon, ya que estaba listo para pegarle con el palo en caso de que se trate de un jodido ladrón.

-Eh… ¿necesitas algo?- colocando su cuerpo para proteger la entrada, le pregunto al chico alto frente suyo, que juro verlo en algun lado pero no recuerda de donde y era precisamente un cliente, de haberlo sido lo hubiera aunque sea reconocido de esa manera.

⌊Mʏ ᴏɴʟʏ Lᴏᴠᴇ⌉  •JayWon•Where stories live. Discover now