¿Eres tú? / Romance cristiano

Nueva historia

- ¿Cómo lo llamas? - Señaló André al chachorro.
- Lucky.
- Me agrada.
- Puedes cambiar el nombre. - Sugerí.
- Me gusta Lucky Sevilla Sorni. - Soltó una risotada.
Yo sonreí al imaginar nuestro futuro juntos.
Al comenzar la noche André me llevó a casa.
- ¡Hasta mañana viento!
- Hasta mañana cariño.
Al entrar a casa mi madre me esperaba con una linda sonrisa.
- Es el indicado.
- ¿Qué? - Exclame.
- André es tu idóneo, ¿Cierto? - Preguntó mi madre con gran felicidad.
- Sí.
La cena fue deliciosa; gorditas de maíz con mole.
Me quedé dormida viendo un k drama. Al día siguiente que desperté mi mamá me tenía un obsequio. Un hermoso vestido blanco.
- André quiere verte hoy y pienso que ese vestido es hermoso para tu cita.
- Gracias madre.
Abrace a mi mamá, ella alegrando mi día. Una madre maravillosa.
No es por exagerar, el vestido estaba hermoso, estilo cóctel, color blanco con diamantina rosa en la parte de abajo, como un ligero degradado. Me encantaba.
- Hija André ya está aquí.- Aviso mi madre.
- ¡Ya voy!
Observe mi reflejo en el espejo, estaba muy feliz, hoy será un día especial.
- Hola. - Dije con emoción.
- Hola Ali.- Respondió André. - Señora Sorni nos vemos más tarde. - André hizo un ademán de corazón.
Yo observé con atención, ambos estaban contentos. Eso me proyectaban sus miradas y sonrisas.
- Vamos a la playa.- Planteó André.
- Me parece perfecto.
Una vez en el vehículo yo comencé a escribir el avance de mi libro.

- Corazón ya llegamos.- Indicó André.
- ¿Qué?
Observe a mi alrededor. André aparcó no muy lejos de la arena. A lo lejos se observaba un pequeño muelle. Tenía lámparas pequeñas de color rosa.
- ¿Quieres ir al muelle?.- Preguntó André.
- Claro amor.
Deje las sandalias en el auto, al sentir la arena sentía un cosquilleo.
- ¡Me encanta verte feliz!- Exclamó André con una sonrisa.
- ¡Me encanta el mar, me encantas tú, me encanta tu existencia, absolutamente todo!
- Ya falta poco para el muelle.- Señaló.- Canta conmigo.
Una balada nos acompañaba, todo fue a capela.
- ¡No inventes!
Me sorprendí demasiado.
En la orilla del muelle estaba una pequeña mesa, le decoraba un hermoso ramo de tulipanes color rosa.
Sentía la brisa recorrer mi piel. Una melodía de cada ola que chocaba con la frecuencia de mi corazón, algunas ondas pequeñas y otras no tanto. André con su camisa blanca, pantalón negro de vestir. Su mirada reflejaba felicidad.
El momento sobrepasaba mis pensamientos.
La sonrisa de André era especial. La sonrisa más bella y su mirada demostraba amor puro y sincero.
Tome el ramo de tulipanes, un olor tan peculiar. Pase ligeramente mis dedos sobre los pétalos, la suavidad de ellos me tenía sorprendida. El color era la respuesta de mi oración, desde un principio lo entendí y ahora se confirma. El sueño en el avión, cuando regresaba de Palizada, aquel sueño que me dejó pensando tanto tiempo. El sueño de compartir con André mis anhelos, metas, deseos y secretos. El sueño de ser uno solo.

André tomo un anillo de su bolso, sus manos temblaban. La felicidad o la intriga de mi respuesta.

Mi corazón comenzó a latir con rapidez. Mi sonrisa fue radiante en felicidad, mis ojos reflejando su belleza y el mar adornando nuestro momento.

- Encontré el amor que tanto soñaba, comprendí nuestro propósito desde el día 1. Gracias a Dios yo te encontré o más bien nos encontramos, porque fue la respuesta a tu oración y la mía, porque esperar el tiempo fue realmente perfecto para llegar a este preciso momento.

Ahora es un nosotros.

Entre lágrimas le pedí a Dios por ti y hoy te veo aquí, en este muelle con un vestido blanco precioso, el mismo vestido de mi primer sueño a tu lado. Todo fue perfecto desde el primer día que te conocí, estoy hablando desde el día en que llegaste a mis sueños, desde el día en que me encontré con tu sonrisa, desde el día en que recibí el primer abrazo. Porque contigo cada día es increíble, estoy descubriendo tantos sentimientos que no pensé que podría llegar a sentir.