7: Antojos y balones

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Narra Luna

Son las cuatro de la mañana y no paro de dar vueltas en la cama, me dolía un poco la espalda y la parte baja del estómago.

En la segunda vuelta que doy siento unos brazos a mi alrededor que tiran de mi hasta quedar pegada mi espalda a su pecho.

- ¿Que pasa amor? - me pregunta Pedri con la voz ronca.
- Me duele la barriga- apoya su mano en mi barriga y me da leves caricias, al sentir su tacto encima del bebé que estaba por formarse, sentí como mis hormonas se dispararon y tenía ganas de llorar.
- ¿Así mejor? - me dice en un susurro, giro sobre mi misma y le abrazo, estaba siendo duro esto sin decirle nada, iba a esperar a que acabaran las vacaciones antes de que se fuera de concentración con la Eurocopa.
- Te quiero
- Yo más Lu- dice posando su mano en la parte de atrás de mi cabeza, se me van cerrando los ojos hasta que caigo en un profundo sueño.

A la mañana siguiente me despierto y no había rastro de Pedri por ningún lado pero el cabrón había subido la persiana. Ya no lo quería tanto como a la noche.

- Zorra - la voz de Sira se hizo presente en la habitación, se tiró encima de la cama y detrás vino Bea, ambas en pijama.

- Shh- les pido. - quiero seguir disfrutando de mis horas de sueño.
- Son las doce de la mañana Luna - se ríe Bea, me pongo el cojín por encima de la cabeza.
-He dormido fatal hoy - les digo, Sira pone la televisión y estaban echando las sirena de Mako.

- Dios las veíamos cuando éramos pequeñas - dice Bea emocionada morándome, Sira sube el volumen y así es como nos quedamos las tres viendo la serie.
Estiro mi mano al suelo de mi lado de la cama y doy con el paquete de galletitas saladas.
- Xana te va a salir con la tensión por las nubes- bromea Sira.
- Contrarresta con la mía baja - bromeo de vuelta.

Al cabo de una hora se escucha la voz de los chicos, Pedri entra en la habitación y se queda mirándonos con la ceja encarnada.

- Buenos días o tardes - bromea. Le mandamos callar las tres ya que se había puesto interesante el capítulo.

Aun así unos minutos mis ojos caen en el mientras se acerca a mi. Joder estaba sudado, tenía el pelo revuelto e iba con la camiseta remangada por encima de los hombros.

Estaba guapísimo, no se si es por el embarazo o por lo mucho que me atrae este hombre que quería que mis amigas se fueran de la habitación.

Pedri se da cuenta que me he quedado mirando, tiene la sonrisa torcida que tanto me gusta y puedo ver esa picardía tan característica de él.

- A la se acabó- apago la televisión, Sira y Bea me miran indignadas, las echo de la habitación como puedo y cierro la puerta una vez se van.

- ¿Te ibas a duchar no? - le pregunto a Pedri, quien suelta una gran carcajada pero no tarda en acercarse a mi y posar sus manos en mis caderas dando un leve apretón.

- Nos vamos a duchar - me corrige.

[...]

Estábamos en la playa, estaba leyendo un libro pero me sentía observada, levantaba la mirada del libro y pillaba a Pedri observándome enfrente mía.
Estaba sentado encima de un balón con las gafas de sol puestas hablando con Ferran pero cada dos por tres su vista caía en mi, más bien en mis tetas.
Cierro el libro y me inclino hacia delante para darle con la tapa.
- ¡Déjame leer tranquila! - levanta las manos inocentemente y con cara de niño travieso.niego con una sonrisa. Este chico.

Vuelvo a sumergirme en la historia de culpa nuestra, espero que Pedri se lo tome mejor que Nicolas.

Ahora que lo pienso no es mala idea mandarle un mensaje conforme ponga.

Lugar seguro | Pedri GonzálezWhere stories live. Discover now