No cualquiera te hace mejor persona

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Narra Luna

Estábamos en el jardín de casa, todos mirándome atentos dando la cuenta atrás.

00:00h

- Feliz cumpleaños mi amor - murmura Pedri antes de dejarme un beso en la boca. Sonrío como una boba, nunca me había gustado mi cumpleaños.

De repente entró Rosi con Fernando cantándome el cumpleaños feliz, me lleve la mano a la boca al verles con una tarta y unas velas que echaban chispas.

Me entraron ganas de llorar de la emoción, no me esperaba que mi cumpleaños llegaría y mucho menos formar parte de esta familia tan bonita.

Pusieron la tarta en la mesa, sople las velas pidiendo un deseo.

Quería volver a soplarlas el año que viene y rodeada de la misma gente.

Después de soplar las velas llegaron los abrazos y las palabras bonitas.

Jugamos a las cartas mientras comíamos tarta, cuando ya se hizo bastante tarde, recogimos todo.

Me quedé barriendo en el jardín restos de la comida que quedaban, unas manos por la cintura me sorprenden.

- Deja eso - me alza como una princesa haciéndome reír.

Llegamos a su cuarto donde me deja en el suelo, comienza a darme besos por todo el cuello. Vuelve a subir a mi boca dónde nos besamos bastante tiempo.

- Sabes a tarta. - murmuro.

- No se lo digas al dietista.

- Pues a ver cómo me convences para que no diga nada.

- Yo te se callar la boca muy bien rubia.

Me vuelve a besar mientras con sus manos me recorre todo el cuerpo, la temperatura sube, mis manos se cuelan por debajo de su camiseta.

- Feliz cumpleaños mi niña- murmura una vez sacada la ropa de ambos, no tardamos en ir a la cama.

Definitivamente Pedri era el mejor regalo de cumpleaños.

[...]

La luz natural me molesta en los ojos, las caricias de Pedri también influyen en mi despertar. Aun así estaba agotada, me doy la vuelta quedando boca abajo.

- Levántate dormilona, te espero abajo - me deja un beso en la cabeza y no se va sin antes destaparme completamente y darme una nalgada.

Lo mato.

Veinte minutos después consigo levantarme y adecentarme un mínimo, es decir trenzarme el pelo, vestirme y lavarme la cara.
Bajo las escaleras y para mi sorpresa ya estaba todo el mundo en la cocina.

- Ven conmigo- me dice Pedri, todos nos siguen haciendo que me ponga nerviosa. Bajamos hasta el garaje. Miro a Pedri con curiosidad, el me mira con una gran sonrisa.

Veo una caja enorme con un lazo, pero un sonido hace que se me pare el corazón.

La abro al momento, las lágrimas no tardan en aparecer. La pequeña bolita de pelo comienza a llorar y a saltar, la atraigo en mi pecho.

-Pero qué es esto. - susurro aun impactada, parecía un sueño.

- Como vamos a vivir juntos y yo viajo mucho... Para que no tengas que aguantar al tonto de Fer- el nombrado le da un collejón a su hermano pequeño, Rosi  y Bea se agachan a mi lado para tocar a la pequeña bola de pelo.

- No va a ser grande, para que no pongan pegas en el avión, o eso me dijeron en la protectora- aprovecho que Rosi tiene al pequeño perro entre sus brazos y yo me tiro a abrazar al niño de mis ojos.

Lugar seguro | Pedri GonzálezWhere stories live. Discover now