Nido de Serpientes.

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Rogó que los días pasasen rápidos y que no fueran muchos, a la vez que se preguntaba, al igual que Draco, por qué el sombrero la había puesto allí. Ella no era mala como ellos, ni siquiera pensaba en la grandeza ni en el poder, pero supuso que había algo más en todo aquello, y que mañana a más tardar le iría a preguntar a Dumbledore.


Matilde desempacó las cosas que habían obligado a empacar en silencio, acomodando todo en su cama a la izquierda de la de Hermione. Las chicas ya habían tomado sus lugares, y una línea imaginaria dividía a las antiguas de las nuevas.


Cuando tuvo todo preparado, y cuando Matilde se dirigió a hablar con sus compañeras de su Casa, Hermione bajó de nuevo a la Sala y se reunió con Harry, confesándole sus pensamientos.


-No lo sé, Hermione. – repuso su amigo por octava vez. – Yo tampoco entiendo por qué el sombrero te ubicó aquí. O a alguno de nosotros. Nadie encaja en este horrible lugar.


-No tan alto que podemos oírte. – Comentó Draco con su grupo de secuaces detrás. Agarró una manzana que estaba en el frutero y se la tiró a Harry, dándole en la nuca. El chico se volteó molesto, pero Hermione impidió que le siguiera el juego.


-Quiere provocarte. No le hagas caso.


-Terminaremos todos en enfermería. – Murmuró un compañero suyo de Gryffindor llamado Peter.


-O en el Sauce Boxeador, siendo nosotros quienes peguemos. – comentó otro. Todos los nuevos estaban amontonados en un grupo, siendo clara la diferencia que había presente. No acababan de entender que era lo que Dumbledore quería obtener de todo aquello.


-Son todos unos nenes. – Soltó de pronto uno de Slytherin, con voz gruesa y potente. – No tienen porque estar aquí. Tendrían que estar en sus casitas, hablando sobre lo bueno que son los profesores y que bien se sienta cumplir las reglas. No tienen lugar aquí.


Aquél comentario fue recibido con vigor por los sangre pura. Los demás chicos observaban la escena con hastío y desaprobación.


-Espero que sepan ubicarse al menos, y no andar por allí haciéndonos pasar vergüenza. No entendemos cómo ustedes pueden haber sido seleccionados aquí. - Comentó otro, abriéndose paso entre sus amigos y ubicándose al frente de Harry. Draco se encontraba en el fondo de la sala, pero se hallaba de pie en un ángulo que podía ser observado por todos. Sonrió de una manera maliciosa dirigiendo su mirada a Hermione.


-Y espero que no nos contaminen de nada raro. - Agregó Malfoy. La sala entera se sumió en un silencio tenso, esperando oír sus palabras. - No quiero que mi cuerpo sea atacado por sus asquerosos e impuros gérmenes.  - Terminó.


Los alumnos de Hufflepuff y Gryffindor comenzaron a hablar a los gritos, tratando de responder al comentario del rubio. Los de Slytherin no se quedaron atrás, y pronto se les sumaron en su pelea. Hermione estaba en silencio, observando a Malfoy quién tenía su mirada clavada en ella, con una ceja levantada y sus labios convertidos en una fina línea.


Poco a poco, se fue acercando a ella, obviando los comentarios que recibía por parte de su séquito. Se detuvo a su frente, desafiándola. Él sabía que podían salir varios comentarios desagradables de su boca, y era lo que quería conseguir.

Slythendor. [Dramione. Harry Potter]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora