★ (IN)HOOMAN ★ [BILOGÍA COMPLETA]

14. SEGURA

Mañana me iré de aquí y, esta vez, será permanente. El norte de Nueva York está plagado de recuerdos, resaltan los peores cuando cierro los ojos. No habrá nostalgia ni remordimiento por lo que abandono, salvo quizá por aquellas amistades que forjé en mis últimos días en Albany. Ojalá pudiese meter a Shanice y Kaya en las maletas y cargarlas conmigo. Ojalá tuviera suficiente dinero de sobra como para ofrecerles a ella lo que Myre me ofreció a mí. Amaría poder tenerlas cerca en esta nueva etapa a la que me enfrentaré y, aunque comprendo que es posible que nos volvamos a ver, quién sabe cuándo ocurrirá.

Es increíble cómo existen personas que pueden dejar una huella profunda en tu vida en tan poco tiempo.

Estoy estresada, pero de una forma muy distinta a mi previa partida. La ansiedad que me embarga es positiva, a pesar de los temores y de la incertidumbre.

Respiro hondo y dejo salir el aire de forma pausada.

Me he tomado la tarde de hoy para conseguir nuevas maletas y llenarlas. Dividí mis pertenencias lo mejor que pude en un intento por evitar que haya sobrepeso. No sé cómo haré para que quepan en el taxi rumbo al aeropuerto. Creo que estoy lista.

Anocheció hace varias horas, a pocos minutos de las cuatro de la tarde. Ese es un aspecto del invierno que detesto.

Al menos, dejó de nevar en la madrugada previa y las calles ya están limpias para que los vehículos puedan transitarlas. Cuchillas de hielo cuelgan del alféizar de la ventana en el exterior, creo que se les llama estalactitas aunque no estoy segura de si ese sea el término correcto. Cuando era adolescente, me gustaba arrancarlas y comerlas como si fueran golosinas o paletas heladas. Es una tontería, pero me agrada morder hielo, se siente bien.

Todavía envuelta en la toalla con la que salí de la ducha, observo los atuendos que dejé listos para esta noche y para mañana.

En un rato saldré rumbo a Sphinx. Quería sorprender a Shanice con un pequeño obsequio, pero no hallé nada adecuado. Quizá podamos, al menos, beber un trago juntas durante su descanso. También deseo pedirle un favor.

Al regresar, dormiré en ropa interior porque mi pijama ya quedó empacado. Y en la mañana me colocaré unas leggins cómodas y una blusa gris que me llega por las rodillas y que es extremadamente cómoda.

Más allá de eso, solo dejé un par de botas fuera para ambas jornadas y mi pequeño bolso, donde guardo el maquillaje, el teléfono, la billetera y demás elementos esenciales.

He decidido no cenar.

Con una nueva vida también quiero ser una nueva Nina. Deseo bajar al menos una talla en medio año, para eso voy a comer un tanto más sano. En el menú del hotel todo posee más de mil calorías, además, sé que en el bar quizá pida algo rico y poco nutritivo.

Una vez que me vea más delgada, deseo ahorrar para comprar ropa nueva y atreverme a experimentar con atuendos un poquito más apropiados para Miami; es decir, que muestren bastante más piel de la que estoy acostumbrada a exponer. Dudo que algún día vaya a sentirme a gusto en bikini, pero sí sueño con ir a la playa en traje de baño sin pudor. Quiero ponerme pantalones por encima de la rodilla y camisetas ajustadas.