2. PRUDENTE

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Hace frío

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Hace frío. No sé cómo, pero en tan solo unas semanas olvidé por completo qué tan brutal es el invierno en Nueva York, en especial durante enero. El taxi apenas pudo traerme al hotel antes de que la nevada empeorara demasiado. A través de la ventana veo precipitarse los copos, si el clima no mejora mañana será complicado salir. Mi teléfono dice que la temperatura subirá un poco antes del mediodía, ojalá sea cierto.

Coloco mis manos encima de la calefacción del cuarto y las froto con delicadeza. Si bien prefiero colocarme ropa abrigada porque disimula más mi figura, tengo que admitir que extraño sentir que estoy en verano en plena Navidad. Solo pensar en salir a la calle hace que un escalofrío me sacuda.

"Quizá pueda darme un baño para relajarme", se me ocurre.

Son casi las diez de la noche y tengo hambre. El hotel que Myre reservó para mí es mucho más lujoso de lo que me había adelantado. Ella aseguró que sería algo sencillo de tres estrellas, pero este es de cuatro y, además, pidió una suite. ¿Para qué? Es un gasto innecesario de dinero.

No es que no aprecie sus buenas intenciones, sino que deseo regresarle el dinero algún día y esto solo aumenta mi deuda. La bañera con hidromasaje se ve increíble y la cama tamaño King es extremadamente cómoda. ¿Así acostumbra a vivir ella cuando está en tours? Debe disfrutar muchísimo de la atención, de no tener que cocinar o limpiar. Nada. Qué genial debe ser tener tanto dinero de sobra.

Tomo el teléfono interno que descansa junto al colchón y llamo a la recepción.

—Buenas noches, espero que esté disfrutando de su estadía, ¿cómo puedo ayudarle? —dice una voz masculina al otro lado.

—Buenas noches —saludo—. Quisiera pedir que me trajeran la cena al cuarto.

—Con gusto, señorita. ¿Tiene allí el menú o necesita que se lo llevemos?

—Lo tengo —afirmo—. Quería la lasaña vegetariana con espárragos como acompañamiento.

—¿Algo para beber?

—Mm... —pienso. Primero, se me ocurre decir que agua, pero de inmediato cambio de opinión—. ¿Podría ser una copa de vino blanco?

—Por supuesto. ¿Desea que lo subamos en algún horario en particular?

"Wow, qué buen servicio", me sorprendo.

—En hora y media, si pudiera ser —pido, así tendré tiempo de darme un buen baño.

—Será un placer. Permítame confirmar su cuarto, ¿suite B342? —consulta el empleado.

—Así es.

—A las once y media golpearán a su puerta, entonces. Tenga buenas noches.

—Buenas noches —correspondo y corto el llamado—. Wow. Simplemente wow.

★ (IN)HOOMAN  ★  [BILOGÍA COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora