★ (IN)HOOMAN ★ [BILOGÍA COMPLETA]

9. (IM)PACTO

Importante: este capítulo contiene una escena que, como autora, no me agrada. Siento que no es acorde a lo que quiero para la historia. Espero que me disculpen. Cuando termine de subir el libro, seguramente la volveré a escribirla. Al final del capítulo hablaré un poco más a fondo de ello. Por favor, pido que no juzguen la novela ni a Nina en base a esa única escena. Gracias. ❤

Estar cerca de Myre me llena de emociones que no son exactamente las que esperaba sentir cuando soñaba despierta con conocerla en persona.

Todavía me cuesta creer que ella está sentada sobre mi cama como si fuera algo normal y natural. Verla allí, a pesar de su cara de pocos amigos, hace que mi corazón lata con prisa, desbocado por la emoción. ¿Qué pensará del cuarto? ¿Y de mí? ¡Estoy nerviosa!

A pesar el pánico que me invade al saber que mis padres podrían regresar en cualquier instante, la emoción causada por tener a mi ídola bajo el mismo techo es incluso mayor. Claro que preferiría que las circunstancias fueran otras, pero... hay cosas que no puedo cambiar.

Me sorprende que la personalidad de Myre sea mucho peor de lo que creía. En los videos siempre se la ve animada y sonriente, sencilla, llena de alegría y libre. Muy libre. En persona, sin embargo, es muy gruñona y asustadiza. No deja de dar órdenes y de hablar con egoísmo sobre sus problemas y sus temores como si estos fuesen más importantes que los míos solo porque es famosa.

¿Se le habrá subido el estrellato a la cabeza? No, esa no es la sensación que me genera, sino que más bien la percibo como a un gato callejero, de esos que se creen invencibles en el callejón y que, en realidad, solo sacan sus garras porque tienen miedo a que los lastimen.

"Unas orejitas felinas se le verían espectaculares", pienso. Luego, me obligo a regresar la concentración a lo que me rodea.

Suspiro. Debo dejar de distraerme para poder cumplir con lo que tengo que hacer antes de que mis padres vuelvan a casa. Esta será, posiblemente, la última vez que pueda compartir una conversación con Myre. Así que, mientras la computadora se enciende, giro la silla en su dirección y relajo los hombros.

—Lo conseguiremos —aseguro.

—Más te vale...

Su tono ya no es de odio o de furia, sino de agotamiento. Me pregunto si habrá dormido anoche.

—¿A qué hora era tu vuelo? —intento continuar con la charla.

—Casi a medianoche.

—Deberías dormir un rato cuando regreses al hotel —sugiero—. Todavía es temprano.

—No puedo, ya hicimos el check-out. Y el viaje que nos espera es de apenas un par de horas. Creo que me tocará esperar hasta mañana para poder tomar una buena siesta.

—¿Descansaste algo luego de que te fuiste del bar? —insisto.

—No. —Se recuesta de lado y abraza una de mis almohadas. Su cabello ahora está suelto y le cubre parte del rostro.