—Oh, es cierto... yo... yo supongo que lo olvidé —Obito se tocó la nuca y rio tímidamente.

—¿Deberíamos ir al hospital primero o a la torre Hokage?

—Donde Minato-sensei, los Zetsus pueden copiar cuerpos y chakra, si se hicieran pasar por nosotros sería una mierda absoluta de caos —decidió Obito.

—Tienes razón —asintió de acuerdo Shisui—. Aparte, si nos atacaron tan descaradamente, ¿Quién dice que no atacarán Konoha?

—Minato-sensei estaba planeando hacer un ataque a donde se encontraba el Gedo Mazo para sellarlo y, tal vez, atrapar a Zetsu negro que se hace llamar la voluntad de Madara, ¿Tal vez por eso nos atacaron...? —Obito se calló y se puso extremadamente pálido— Konoha puede estar en peligro.

Mi Elise... —jadeó Shisui y su mirada se posó el Obito el cual asintió y dejó de jugar para transportarse a Konoha.

Elise respiró profundamente mientras pintaba a los cuatro kages -menos a Hiruzen el cual fue reemplazado por Tsunade-, a la vez que Itachi e Izumi estaban a su lado mientras ella pintaba en el parque. Los tres hablaba de algunas cosas y de nada, pero a veces ella se concentraba mucho mientras pintaba por lo que se quedaba en silencio el cual los dos Uchihas comprendían y la miraban con curiosidad para continuar su conversación.

Elise hizo un puchero mientras el cabello de Tobirama y de Minato no le salían, ¡Eran malditos pichos, por el amor de dios! ¿Cómo no le salían esos malditos pinchos? Con el rostro fruncido en irritación, Elise saltó directamente a los imponentes chorros de agua de Tobirama, los interminables ríos de madera de Hashirama, las corrientes ominosas de aire de Minato y las inmensas rocas voladoras por culpa del monumental golpe de Tsunade.

—¿Por qué Nidaime-sama y Yondaime-sama siguen... calvos? —preguntó extrañado Itachi mirando la pintura.

—... porque sus cabellos son difíciles —admitió Elise.

—Pero si son... pinchos, ¿Cómo pueden ser tan difíciles? —preguntó confundida Izumi.

—Si los haces muy delgados, ya no son ellos, pero si los haces muy gruesos, tampoco —suspiró cansada Elise y, en otro lienzo, les mostró una comparación de Tobirama y Minato con cabello más delgado o grueso en sus pinchos y los dos Uchihas miraron inexpresivamente los dibujos.

—¿Quiénes son ellos? —preguntó inexpresivamente Izumi mirando como a pesar de que tenían el mismo rostro, reacciones y características, si no tenían el pelo exactamente como deberían, eran otras personas completamente diferentes.

—Yo sé, ¿Verdad? Cambian demasiado si no tienen el mismo peinado —suspiró devastada.

—Tampoco son tan diferentes —intentó consolar Itachi, solo para recibir las miradas de las mujeres y callarse.

Bueno, sus palabras no fueron apreciadas.

Elise frunció el ceño mientras miraba al azabache frente a ella. La ligera conversación de los cabellos de Nidaime-sama y Yondaime-sama se había convertido en que Itachi terminó siendo regañado por Izumi y ella sobre lo importante de este, solo para que finalmente el Uchiha terminara con un rápido henge y les concediera la razón, para luego pasar a ser el modelo de la pelirrosa.

No estaba mirando a Itachi de mala manera, es solo que algo en el Shisui frente a ella le gritaba que no era él y no parecía haber nada de malo en este.

Y bueno, no era exactamente su miedo a decirle que estaba embarazada lo que la hacía resistente a ir con el Uchiha, porque ella no le había contado a nadie sobre su estado porque quería que Shisui fuera el primero para que la ayudara a luego a decirle a sus padres y hermanos sobre... bueno, sobre su estado.

So Mine [Yandere! Uchiha Shisui]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora