XV

750 27 38
                                    

Victoria

Edu me dijo que nos volveríamos a ver, pero no sé cuando.
Tengo que fingir que amo a Álvaro, no quiero más golpes, no más.

No sé cuando acabará esto, si lo dejo, no tengo a donde ir, con quien, ni nada. Tuve que vender el pisito que mis padres me agenciaron para vivir mientras estudio en Madrid, para comprar un piso con Álvaro más grande y vivir juntos, pero para lo que me ha servido...

Mis padres no saben nada, les digo que estoy bien, que no me falta de nada y que tengo un novio guapo y atento, además de cariñosos y otros adjetivos positivos más.
¿Qué esperaban? Trabajé de camarera para que mis padres no se esforzaran tanto por mí y mis estudios, los pobres merecen saber que su hija esté bien, aunque sea una mentira. Pero que al menos mis estudios los aprobé.

Son pocas las veces que digo "Álvaro, voy a hablar con mis padres" y él no se queda viendo lo que escribo, digo o hago. Pocas, se resumen en una cifra numérica: una o dos veces.
Todo el día está, "como le digas algo a tus padres...", "como se enteren no te queda un diente sano en la boca", o me alza la mano, que es lo que más odio.

Cuando me insulta, me libera. Es una forma de sentirme libre. Porque puede insultarme y maltratarme con palabras, mientras que no sea con puños, bofetadas, patadas o cosas así.

Eduardo Camavinga

- ¿Y esa cara de mierda, Cama? - dice Aurélien.

- Tchou, no estoy para bromas - digo con un semblante serio en mi rostro.

- ¿Por qué? - dice él preocupado. Sabe que si estoy serio, algo realmente me pasa.

- No es nada.

- ¿Te gusta ella, verdad? - dice con una sonrisa pícara.

- ¿Quién? - digo rápidamente girando mi cabeza en dirección a su posición.

- Vamos, sabes de quien hablo.

- No estoy para chistes ni adivinanzas - le apunto con el dedo índice.

- No es un chiste. Responde mi pregunta: ¿Te gusta ella? - dice Tchouaméni insistiendo.

- ¡¿Quién?! - digo un poco alto, haciendo que varios jugadores de la selección me miren.

- Eh, relaja - dice Antoine - ¿Qué está pasando aquí?

- Yo también quiero saber - dice Kylian.

- Pues que le gus - dice Aurélien, pero rápidamente tapo su boca con mi mano, llegando a mi una risa nerviosa.

- Nada, nada - digo nervioso.

- ¿Quién te gusta, pequeño Cama? Nosotros te ayudamos, tranquilo - dice Antoine sentándose en una silla y arrimándola hacia nosotros.

- Yo también quiero silla - dice Kylian.

- Deja de copiarme todo - dice Antoine riendo.

- No me gusta nadie, Grizzi - digo yo rascando mi nuca - es el tonto este, que se inventa las cosas - digo mirando mal a Aurélien.

- ¡Pero si no deja de mirarla! - dice Aurélien quejándose - está harto del novio.

- ¡Pues sí, muy harto! Es un racista e infiel de mierda, y si al menos la tratase bien... ¡pero le golpea! - digo liberando todo el odio que tenía dentro - además, ayer me rompió la nariz.

- Oh, no. Eso no puede ser - dice Antoine mirándome - ¿No le devolviste otro golpe?

- Sí, pero ella nos detuvo.

- ¡Acabas de admitir que sabes quién es ella! - dice Tchouaméni contento.

- Vamos Aurélien, ¿qué cojones dices ahora? - digo mirándolo raro.

QUERIDA AFICIONADA ↯ eduardo camavinga ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora