IV

1K 42 43
                                    

Partido contra el Cádiz

Victoria

Otro partido que me he perdido, el del Chelsea. Pero hoy no me pierdo nada.

De hecho, estoy con Paula, Marina y Lore.

- Tía - dice Paula - tía - dice de nuevo, y sé que se refiere a mí.

- Dime.

- ¿Has visto lo que ha publicado Camavinga? - dice con una mirada pícara.

- Mhh, no, ¿qué subió? - digo intrigada.

- Mira - dice Marina, mostrándome unas fotos de Edu haciendo ejercicio sin camiseta y todo sudado y otra en el partido de su hermano.

- Así que ahora te van los negros, ¿eh? - dice Lorena y ellas se ríen de mí.

- Estúpidas - digo rodando los ojos.

- ¡Mira, ya salen! - dice Paula.

Miro a los chicos entrenar y los saludamos, yo me llevo demasiado bien con todos, más bien, les tengo mucho respeto, y con una mujer que me llevo demasiado bien, es Mina.

Edu empieza desde el banquillo, está muy raro conmigo.

Empieza el partido y juegan muy bien, pero llega el descanso en Cádiz y aún no han encontrado el gol. Vaya partidazo está haciendo David Gil.

Los jugadores empiezan a entrar al vestuario para aprovechar su descanso de 15 minutos y los saludo. Saludo a Edu y me dedica una vista rápida y parece ponerse nervioso, porque camina más rápido y no me dirije un saludo ni nada.

Joder, está muy raro.

Vuelven a salir para comenzar la segunda parte en el que nada sucede. Veo a Carletto llamar a alguien para empezar los cambios. Ese alguien, es Edu, que empieza a calentar.
Él y yo cruzamos miradas, le saludo con una dulce sonrisa, pero él simplemente mira hacia otro lado ignorándome, haciendo que eso me enfade.

¿Vas a ponerte así por algo de lo que ni me acuerdo? Vale. Si él quiere guerra, la tendrá.

Y debe ser que mi cara de enfado es muy evidente que mis amigas se ríen de mí.

- Tía, ¿qué te pasa? - dice Paula riendo.

- ¿Eh? Nada, nada, es que me acordé de cuando Lorena me robó los cereales - digo para disimular.

- ¡Pero vamos a ver, que han pasado ya cuatro años, Vicky joder! - dice Lorena quejándose y reímos.

- Le ha quedado trauma - dice Marina.

- Pues sí, eran choco krispies - digo y ellas ríen - y me sigues debiendo una caja.

- Cuando salgamos te la compro - dice ella, y yo esbozó una gran sonrisa emocionada, como una niña pequeña.

- Gracias, gracias, gracias - digo, pero paula me interrumpe.

- Cállate, y deja molestar con los cereales, que ahora va a salir tu novio - dice Paula señalando al próximo cambio madridista.

Sí, Eduardo va a salir a jugar. Es el minuto 67 y sale por Lucas Vázquez.

- ¿No dices nada? Acaba de decir que es tu novio - dice Lorena.

- Está embobada mirándolo - dice Marina riendo.

- Callaros, estúpidas las tres. No es ni mi amigo - digo recordando lo anteriormente ocurrido - amigas sois vosotras, se supone.

Ellas empiezan a reír y yo las miro mal.

- ¿Y los demás jugadores?, ¿ellos no son tus amigos? - dice Paula.

- Sí, y sus mujeres, ¿Y vini? ¿Él no es tu amigo? - digo y ella se sonroja - ¿y tú, Lorena?, ¿Rodrygo no es tu amigo?, ¿Y tú, Marina? ¿Qué hay de Ceballos? - digo y esas dos se sonrojan. Que se jodan, por molestarme con el temita de Eduardo.

El partido estaba aburrido, estaba, porque Nacho mete un gol, GOLAZO, con asistencia de Aurélien, o como le decimos, Aurelio.

- GOLAZOOOO - digo saltando y con mi bufanda por los aires, celebrando con los otros madridistas.

- ¡VAMOOSS!, Que jugadas hace Camavinga - dice Marina y las otras dos asienten, yo, como no, las miro mal.

- Vaya paradones ha hecho hoy Thiburon - digo sonriendo, para evitar el tema.

- y David Gil, si no fuese por él hubiésemos metido primero. Es increíble las que hemos fallado antes - dice Lorena y nosotras asentimos.

- Sí, la verdad.

Empiezan a acercarse los jugadores del conjunto blanco a la portería del Cádiz. Va Fede, se la pasa a Asensio y...

- ¡GOOOOOOOOOOOOOOOOOL! - Grito en la grada junto a mis amigas y la afición madridista - ¡Qué golazo, Asensio! - digo besando el escudo de mi camiseta blanca.

Los jugadores están celebrando y en un momento me fijo en Eduardo, que ya me estaba mirando antes, entonces soy yo la que aparta la mirada esta vez, dejándolo confundido con una mirada interrogante. Me gustaría mirarlo, pero él se ha comportado como un auténtico gilipollas.

El partido no tiene muchas más cosas interesantes. Eso sí, hoy se ha extrañado mucho a Vinícius y a Toni Kroos.

El partido se acaba y los jugadores van hacia el vestuario, saludan a sus respectivas mujeres o novias y nos saludan a nosotras, y otra vez mi mirada se encuentra con la de él, y decido apartar nuevamente la mirada, dejándolo, otra vez, confundido.

Debe estar preguntándose "¿Pero el que estaba enfadado no era yo?" o cosas así. Si se piensa que voy a estar detrás suya como un perro así como así la lleva clara, él empezó todo primero.

De repente vemos un montón de cámaras abajo nuestra y miramos hacia donde apuntan.

A los hermanos Fernández, que dejan una preciosa imagen de ellos dos juntos sentados en lo que viene siendo, la salida al campo. Demostrando que, son hermanos que dejan de serlo durante 90 minutos para dejarse la piel por sus equipos.

- Que bonito - dice Lorena - ojalá todos se llevasen igual de bien con sus hermanos.

- Sí, sobretodo yo, que nos peleamos hasta por el último pedacito de tarta - dice Marina riendo.

- Yo igual - dice Lorena.

- Y luego estamos Paula y yo que somos hijas únicas - digo yo  mientras Paula y yo estamos abrazadas - si es que estamos marginadas.

- Totalmente - dice Paula.

- Bueno, ya ha terminado el partido, ¿nos vamos? - dice Lorena.

- Sí, tranquila - dice Marina.

- SÍ, SÍ, POR FAVOR, QUE ME DAS MIS CEREALES POR FIN - digo con una emoción notable en mi cara.

- Venga, pesaadaa - dice riendo.

- Si es que está obsesionada con los choco krispies - dice Marina.

- Con los chocos en general - dice Paula. Todas pillan la indirecta menos yo, así soy.

- Creo que no lo ha pillado - dice Marina.

- Pues no, la verdad - digo sinceramente.

- Te gustan los chocos, ¿no? - dice Paula y asiento - pues un choco es un negro, y el negro es Camavinga - dice levantando sus cejas.

- Que cabronas sois - digo bufando.

Todas me miran pícaras mientras nos vamos del estadio.
¿A qué esperan estas tres?

Estamos saliendo y justo salen los jugadores que se dirigen al autobús del Real Madrid.
La mayoría nos saluda, aunque algunos van con cascos o muertos de sueño o cansancio.
Hasta que una voz me sorprende a las espaldas.

- Hola, Victoria.

QUERIDA AFICIONADA ↯ eduardo camavinga ✔Место, где живут истории. Откройте их для себя