Extra: De niñero

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Bryan
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—Estoy en una exposición de mis obras, no puedo ir Henry —le digo a través de la llamada, escucho que resopla.

—¿Por qué no puedes venir? Tienes a tu asistente allí Bryan. Por favor necesito que cuides a Ryan, es tú sobrino.

—¿Y por qué no llamas a Víctor?

—Él está en Garden City, lugar en el que yo  y Melissa también deberíamos estar.

—Ay Henry, Henry. Lo haré, vale, iré hasta allá, pero dile a Melissa que me debe cien dólares —murmuro en voz baja para que las personas que se encuentran cerca no escuchen.

—Ni que los necesitaras, Bryan —cuelga y guardo mi teléfono en el bolsillo de mis vaqueros.

Comienzo a caminar en busca de mi asistente. Un chico que es demasiado... torpe.

Fue Vanessa quien me lo presentó, resulta que el chico es súper fan de ella y ella como es tan buena persona me lo presentó.

El chico sí que sabe dibujar. Tiene dieciocho años y está enamorado.

¿Qué tiene que ver eso?

Pues lo hace más tonto, y sé que yo también soy tonto porque obvio que estoy enamorado, pero vamos; verlo en alguien más es como: que cursi, por Dios.

—Dean, necesito un favor —toco el hombro del chico y este del susto que se lleva casi hace que la fila de cuadros caigan al suelo.

¿Ya ven? Es torpe torpe.

—Bry-Bryan —tartamudea mi nombre y se ajusta sus gafas—. ¿Qué necesita señor?

—Ya te dije que no me digas señor, tengo veintiséis años, paresco más joven que tú —entrecierro mis ojos.

—Vale, disculpe.

—Ni modo —suspiro—. A lo que venía, necesito que te quedes frente a la exposición, tengo que ir a hacer algo y no puedo seguir aquí.

—¿Yo frente a la exposición? —su rostro se vuelve pálido—. Pero Bryan...

—¿Acaso no puedes? Vamos Dean, eres un asistente genial, sólo hablarás con los periodistas como lo haría yo, o más bien, sé tú mismo. Te aseguro que todo saldrá bien.

—No creo que sea buena idea, soy muy torpe.

—Todos lo hemos sido en algún momento.

—Sí, pero...

—Necesito que hagas ese favor, por favor Dean, sólo es hoy —junto mis manos y pestañeo varias veces, el chico asiente.

—Lo haré, pero sí sale mal...

—Nada saldrá mal, confío en tí —le doy dos palmaditas en la espalda y salgo de el salón por la puerta trasera, voy directo a mí auto y arranco.

De veras que lo hago porque es Henry y Melissa quienes necesitan que les cuide su hijo, porque no me gusta cuidar niños, es como que ¡Agh! Los niños son fastidiosos.

Hace meses fui con Vanessa al orfanato a visitar y llevarle regalos a los niños y estos comenzaron a correr detrás de nosotros y hasta me pagaron mordidas, parecían caníbales.

Hoy Vanessa está allí de nuevo. Les está haciendo un concierto a todos ya que los niños la aman, y ella los ama también. Ayer hasta me dijo que podíamos adoptar un niño, no le respondí porque no quería ser malo... pero mi respuesta es no y no quiero decirle eso a Vanessa. Es que aún no veo cuidando a un niño, y por ella haría cualquier cosa, pero un niño... no.

Esencia✔Where stories live. Discover now