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por la mañana había ido a visitar a paulo, como siempre hacia cuando ellos tenían alguna posibilidad de ver a los familiares. después de todo estaba ahí para él, por algo había viajado y quería demostrarle todo el apoyo posible.
en una de las tantas visitas me quedé sola en la sala de juegos, el cordobes había ido a buscar un par de cosas a la cocina para poder merendar. me moría de ganas de que pasemos tiempo a solas, con esto de estar todo el tiempo con mara y también con las demás chicas que ella me hacía presentado, quienes habían sido super dulces conmigo, no tenía tiempo para realmente quedarme a solas y simplemente charlar, o hacer algo más.
perdí la cuenta del tiempo mientras miraba twitter, según paulo debía no prestar atención a todo lo que se estaba diciendo de mi últimamente pero habían cosas que no podía ignorar, me dolía un poco que me culpen por la derrota de la selección cuando literalmente no tenía nada que ver, solamente estaba acompañando al hombre que quería.
levanté la vista con una sonrisa al sentir la presencia de alguien sentirse a mi lado, obviamente lo hice suponiendo que era paulo. para mi mala suerte no se trataba del cordobés ni de ningún conocido de la selección, era leandro.
mi sonrisa al instante decayó, no necesitaba los dramas que me traía estar cerca de su presencia en estos momentos. tan solo quería concentrarme en ser feliz y estar con el cordobes, lo demás me podía importar poco y nada.
- duele un poco ver que ya no sonreís así por mi, antes yo causaba eso en vos - dijo mirándome con una sonrisa nostálgica, se lo notaba un poco apagado
por un instante me sentí mal, lo que menos quería era hacerle daño, no le deseaba a nadie sentirse de la forma en la que probablemente él se estaba sintiendo. pero recordé todo lo que me hizo pasar y todo sentimiento de culpa se me fue.
- ¿qué es lo que queres, leandro? me parece que te dejé bien en claro que no quiero saber más nada de vos - dije corriendo la mirada de su rostro, deseaba salir de la situación incomoda en la que estaba y no entendía por qué paulo tardaba tanto en la cocina
- que hablemos, no podes pretender que estemos tan cerca y que yo no quiera verte. sos mi vida, cande, no te puedo perder. entiendo que hice las cosas mal pero no me podes seguir castigando
no pude evitar reírme levemente en forma irónica y negar con la cabeza, parecía estar metido con una sola idea y me irritaba que no comprendiera que nunca iba a volver con él. yo ya había pasado página y al pasado no pensaba volver ni loca.
- ¿vos te pensas que todo esto lo hago porque te quiero "castigar"? leandro, yo sufrí mucho en nuestra relación. pase noches enteras llorando preguntándome cuándo ibas a llegar, si en realidad me amabas, cosa que comprobé que nunca fue así, que solo estas obsesionado con la idea de que alguien esté atrás tuyo alimentandote el ego de mierda que tenes. también me preguntaba si yo era suficiente para vos y qué era lo malo que yo tenía para que vos nunca me eligieras. me costó un montón, muchas sesiones de terapia, muchos amigos que sabían de nuestro secreto y muchos deseos de finalmente poder ser feliz para poder comprender que nada nunca va a ser suficiente para vos
