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estaba armando las valijas, otra vez en menos de dos semanas, pero ahora para irme definitivamente de turin. había tomado la decisión de que ya nada me ataba a esta ciudad, no estaba con leandro, camila ya conocía la verdad y para atender al último cliente con el que estaba trabajando podía viajar, única y exclusivamente para trabajar.
turin ya no se sentía como un hogar, nunca se sintió de esa forma. lejos de todos los días se volvían más fríos y lentos, no podía soportar ni una noche más acá. me quedaba carina pero si en tantos años que estuve lejos la relación se mantuvo, lo iba a hacer también por estar a tan solo unas horas.
no le había informado nada a paulo de mi llegada definitiva a roma, si bien el cordobes me lo había pedido hace ya un mes no sabia si su postura sobre el tema seguía siendo la misma, desde que le dije que no él no había vuelto a insistir con el tema, cosa que realmente apreciaba.
estaba terminando de guardar las cosas en las cajas cuando el timbre de mi casa sonó, suspiré ya sabiendo de quién se trataba. desde que camila se enteró de la verdad él se volvió particularmente pesado, no le había prestado mucha atención porque ya no me generaba nada.
- ¿que es lo que queres, leandro? - pregunté apenas abrí la puerta, ya no tenía tiempo ni quería tener estas charlas, para mi el ciclo estaba cerrado
- ¿cómo pudiste contarle? - preguntó una vez entramos ambos a mi casa, tenía muchas cosas por hacer así que continúe guardando cosas en las cajas, mi vuelo salía mañana por la mañana
- ella merecía saber la verdad, que todos estos años en los que le juraste amor también se lo jurabas a otra
se lo notaba cansado, las ojeras se le marcaban más que nunca. el hecho de perdernos a ambas en un corto lapso de tiempo lo tenía demasiado mal pero no me daba pena, él se lo merecía.
se detuvó a observar el quilombo de cajas en la sala y me observó negando con la cabeza.
- no te podes ir - dijo acercándose más hacia mi, di un paso para mantener la distancia
- ¿por qué? nosotros no tenemos más nada, leandro
- yo te amo, ahora podemos estar juntos como siempre quisimos
ya no me salía otra cosa más que reírme de las boludeces que decía, era impresionante como buscaba mantener a su lado pero ya no podía lograrlo.
- no me amas porque uno no destruye a la persona que ama, igualmente todo lo que me hiciste pasar me hizo más fuerte ¿te acordas de lo que me decías? que nadie más me iba a hacer feliz, que nadie más me iba a querer, que iba a perder y volver a vos. me metiste tantas inseguridades en la cabeza que hasta estuve a punto de creer toda esa mierda, pero al final las vueltas de la vida te llegaron y yo estoy acá, mejor que nunca, y vos me estas rogando, nunca pensé que iba a ser al revés
se quedó callado procesando todo lo que le había dicho, se sentía bien poder liberarme de toda la carga que sentía sobre mis hombros. le estaba diciendo, por última vez, todas las verdades a la cara. sabía que amarlo traía consecuencias, lo supe muy bien cuando tome ese avión a mis dieciocho años para Italia y seguirlo como su amante, pero nunca pensé que todo se iba a dar de esta forma.
de alguna forma le agradecía a la vida, me había cruzado con paulo gracias a leandro. una persona que nunca se cansaba de recalcarme lo mucho que me quería y me hacía feliz día a día. a veces llegaba el amor.
- perdón, cande. perdóname, no sabia como manejar la situación - dijo, otra vez, desesperado e intentando arreglar la situación que ya era irreparable
- ¿para que? no me sirve de nada ese perdón sin sentimiento, vos ya me rompiste, ya esta. me basta con saber que no vas a estar nunca más en mi vida y que por fin voy a poder ser feliz
pude ver como las lágrimas estaban a punto de salir de sus ojos, jamás lo había visto llorar, menos por nosotros. seguía sin removerme algo por dentro.
- entonces nunca me amaste de verdad - dijo el jugador de la juventus permitiendo que las lágrimas salieran
me volví a reír negando con la cabeza, estaba cansada de estas cosas, de sus intentos de manipulación.
- obviamente que te ame de verdad, te di todo de mi y vos me soltaste, vos me trataste de esta forma una y mil veces hasta que me obligaste a buscar en otros brazos amor. por suerte lo encontré y pude salir de esa relación de mierda que teníamos
otra vez el silencio reinó en la sala, nunca nadie le había dicho todas las verdades en la cara, él no sabia como reaccionar.
- te voy a pedir que te vayas y me dejes de una vez vivir mi vida - dije volviendo a guardar cosas en la caja
él asintió sin decir más nada y se fue por la puerta. apenas lo hizo solté un suspiro cansado y me tire sobre el sillón.
