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me encontraba en el estadio esperando a que el partido de la roma y udinese comenzará.
pude observar a varios hinchas con la camiseta de paulo, me llenaba de orgullo que lo quieran tan rápido. él merecía que lo valoren.
estaba feliz y tranquila de estar allí, aunque no lo aceptara la paz se debía a mi lejanía hacia leandro.
desde que le había clavado el visto a sus mensajes no me había vuelto a buscar, seguramente estaba enojado y dolido. más iba a estar cuando se enterase que había asistido al partido de paulo y no al suyo.
y aun más, si eso era posible, cuando viera que me puse la camiseta de paulo. realmente se me esperaba una enorme cuando volviera a turin.
no quería volver, no quería enfrentarlo, y discutir como siempre lo hacíamos. estaba cansada de ser la segunda, de creer en sus promesas y pasar días en soledad.
aunque sabía que si lo volvía a ver le iba a perdonar todo, que con tan solo unas palabras me iba a convencer de que todo estaba bien y que la iba a dejar. odiaba amarlo con todo mi ser, irónico.
la entrada de ambos equipos a la cancha me sacó de mi trance, paulo estaba serio debido a la concentración. sabía que quería darlo todo para que la afición se sienta orgullosa y, obviamente, para poder ir al mundial.
amaba como brillaban sus ojos cuando me contaba lo ilusionado que estaba este año, deseaba con todo mi corazón que pueda ir.
pude observar como me buscaba entre los aficionados mientras de dirigía hacia su lugar en la cancha. no sabia como había conseguido encontrarme entre tanta gente pero una sonrisa se le dibujo en el rostro al verme, le devolvi el gesto para luego lanzarle un beso.
lo quería demasiado.
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cannarzuli vía instastory
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a paulodybala, leooaredes20 y 3.802 personas más les ha gustado tu historia.
leoparedes20 ha respondido a tu historia.
leoparedes20
... es joda candela? visto
que mierda haces ahí visto
deja de clavarme el visto, enfrenta las cosas visto
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suspire con la angustia y ansiedad a flor de piel, sabía que iba a reaccionar así. decidí no contestarle, no era el momento.
cuando volviera a turin enfrentaría todos los problemas, por suerte no tenía ningún turno en el trabajo por lo que mi vuelta no debía ser pronta.
aunque la necesidad de tenerlo cerca me iba a hacer volver antes de lo que en realidad quisiera.
lamentablemente paulo había perdido por goleada, me sentía mal por él.
decidí esperarlo en su casa, que por suerte me había dado una llave de su hogar, con la comida preparada, de alguna forma le devolvía el gesto del día anterior. quería reconfortarlo como sea, no me gustaba verlo triste.
apenas llegó se dirigió directamente a abrazarme fuerte, al instante supe que no estaba bien, que quería contención.
apague el fuego del horno como pude y le devolvi el abrazo dándole caricias en la espalda.
- sabes que no es tu culpa ¿no, pau? - dije en voz baja para que la tranquilidad siguiera reinando en la habitación
- debería haber metido algún gol, con eso seguro el equipo mejoraba - su voz se notaba apagada, no tenía rastros de querer llorar pero le iba a costar un poquito reponerse del golpe
- no podes meter gol todos los partidos, pau, también lo tienen que hacer otros. jugaste bien, de verdad te lo digo, y no soy la única que lo piensa. muchos hinchas decían cosas muy buenas tuyas, ellos de verdad te quieren
despego su cuerpo un poco del mío, estábamos muy cerca, sus manos seguían en mi cintura y las mías estaban alrededor de su cuello. trague en seco al tenerlo de aquella forma, no me lo esperaba para nada.
sus ojos parecían brillar constantemente, me encantaba que lo hagan.
- ¿de verdad?
comenzó a darle caricias a mi cintura logrando que mi piel se erizara, agradecía estar cubierta completamente y que no se pudiera dar cuenta de lo que ocasionaba en mi.
estaba confundida, no entendía nada de lo que estaba pasando.
- si, pau. no te mentiría con algo así, ellos están fascinados con tenerte
- no los quiero defraudar
- estoy segura que no lo vas a hacer
no podía alejarme, tampoco es que quisiera. me sentía muy bien en sus brazos.
nos quedamos en silencio mirandonos a los ojos, el tenía una pequeña sonrisa en sus labios.
una de sus manos se dirigió hacia mi mejilla para acariciarla, cerre los ojos ante su tacto. me hacia muy feliz.
por un instante me olvidé de todos mis problemas, de leandro y todo lo que me hacía sentir. estaba siendo feliz sin la necesidad de tenerlo a él cerca.
aquel hermoso momento fue interrumpido por el timbre de la casa, por su cara pude notar que lo habia irritado.
paulo se dirigió a abrirla así yo podía continuar cocinando, ambos teníamos mucha hambre.
tardó varios minutos en aparecer por lo que me extrañé y decidí dirigirme hacia la puerta principal para ver lo que sucedia.
para mi sorpresa leandro se encontraba parado en la puerta del lado de afuera, paulo le impedía pasar. se notaba que estaban discutiendo.
al verme el enojo en su rostro se tranquilizó y me miró con sus hermosos ojos reflejando arrepentimiento.
- hablemos, cande. por favor
los nervios se apoderaron de mi, tanto leandro como paulo esperaban una respuesta expectantes.
