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una vez me baje del avión sentí como la emoción que venía reprimiendo por estar en roma me invadía por completo. nunca antes me había sentido tan feliz por haber tomado una decisión, sin dudas paulo me había hecho demasiado bien a mi vida, era justo lo que yo necesitaba.
luego de agarrar mis dos valijas me tomé un taxi hacia la casa del cordobés, sabía que iba a estar porque hace un par de horas estuvimos hablando de que no iba a tener entrenamiento por la tarde.
mis cosas iban a llegar en un par de días por lo que tan solo me tenía que arreglar con la ropa que estaba llevando, más obviamente cosas esenciales para mi día a día. tan solo esperaba que a paulo le gustará la sorpresa, no podría soportar arruinar las cosas, no con él.
todo el viaje estuve moviendo una de mis piernas repetitivamente, tan solo quería estar con paulo.
baje completamente emocionada y arrastre las dos valijas hacia la entrada de su casa, la que esperaba que sea nuestra. cuando decía que quería absolutamente todo con él no mentía.
me abrió paulo con una sonrisa en el rostro, estaba con ropa de entre casa y para mi nunca antes lo había visto tan lindo como en ese momento. agarró uno de mis brazos y tironeo de mi para envolverme entre sus brazos, estar de esa forma se había convertido en mi casa favorita en el mundo.
- ¿qué haces acá? - preguntó en un susurro en mi oído, aún seguíamos abrazados y ninguno tenía intención alguna de romper la unión
- pensé que era momento de irme definitivamente de turin - dije en el mismo tono de voz que él había utilizado
paulo al instante se alejó de mi cuerpo para mirarme a la cara con una sonrisa en el rostro y los ojos levemente cristalizados. todo lo que yo le generaba a él ahora él también me lo generaba a mi.
- ¿qué te hizo cambiar de opinión? - preguntó aún con sus manos sobre mis brazos, manteniendo el contacto físico
- vos, literalmente te extrañaba todos los días y necesitaba alejarme de ese lugar de una vez por todas. qué mejor manera de hacerlo yendo hacia donde soy realmente feliz
el cordobes pasó sus manos a mi rostro para acercarse finalmente a besarme, acción que me generó miles de emociones en el cuerpo. hacia demasiado tiempo que un beso no me hacía sentir de esta forma, paulo había logrado cambiar demasiadas cosas en mi.
- te prometo que no te vas a arrepentir, amor - dijo una vez nos separamos
apoyó su frente con la mia y ambos nos quedamos ahí en silencio unos segundos con los ojos cerrados, apreciando el momento que estábamos viviendo.
- se que no, pau. comprendí después de mucho tiempo que merezco algo mejor, que el amor que tengo que dar debe ser celebrado y valorado, no solamente tolerado. vos cumplis con todo lo que quiero, vos sos a quien quiero por y para mi vida
