Y me terminaste buscando #3

37.

—Papá, una niña me ha dicho hoy en el cole que si quería ser su novio, pero yo es que quiero a Lucía—le dijo el pequeño a su padre. Él intercambió una mirada con su gemelo, quien se encontraba dándole el biberón a su bebé. 

—¿Y qué problema hay con eso? — le preguntó riendo a su hijo.

—Pues que...ya le he dicho varias veces que no, pero ella sigue—suspiró.

Ambos hermanos estallaron a risas, y el pequeño se quedó mirando a su padre y a su tío, sin entender por qué se reían.

—No tiene gracia— entrecerró los ojos. 

—El tito Jesús también era un ligón de pequeño, todas las chicas querían ser su novia— le dijo el padre al hijo.

—Ya, pero es que yo no soy pequeño, tengo cuatro años.— respondió cruzándose de brazos.

Los dos hermanos volvieron a intercambiar miradas y a reírse. Se hizo el silencio.

—Papá, ¿alguna vez te ha gustado otra chica antes de mamá?

—Claro.—le dijo sin importancia, aunque por dentro sintió que algo se le removió. 

—¿Cómo era?—sonrió pícaro.

Dani se quedó un poco paralizado. Jesús, dejó el biberón en un lado de la mesa del comedor, atento a las palabras de su hermano. O recordando él también todo. 

—Ella...—carraspeó Dani—Ella era como...

Y una lágrima le recorrió la mejilla.