NIÑERA POR UN MES (FREENBECKY)

Charla de almohada

Chicos, este capítulo tiene música, si quieren una experiencia completa les sugiero que la pongan y dejen la repetición.

Su nombre es PILLOWTALK y tiene dos versiones, una en inglés (PILLOWTALK - Zayn) y otra en español (PILLOWTALK - Kevin y Karla). Los dos tienen el mismo ritmo todo es lo mismo. Elige uno y diviértete.

Pov / Freen

Me quedé sin palabras con sus palabras. ¿Quería que me quedara? ¿La hice sonreír? ¿Le gusto a ella? Dios mío, no podía pensar en otra cosa que no fuera que no me iría. Estaba encantada con sus ojos mirándome fijamente.

Después de decir que no iría, sentí que nuestras respiraciones se mezclaban y mi cuerpo se estremecía con nuestra aproximación. Contuve la respiración y cerré los ojos sintiendo los suaves labios de la señorita Armstrong. El toque envió una conmoción y confusión a través de mi cuerpo. Gemí suavemente.

Miss Armstrong llevó una de sus manos a mi cuello y la otra a mi cintura tirando de mí lentamente, haciendo así que nuestros cuerpos se tocaran. Fue solo un chasquido de labios, pero se sintió más como fuegos artificiales y muchas mariposas en mi estómago. Prácticamente me estaba besando con la Sra. Armstrong, mi jefa, la mujer que había pasado el último año molestándome y acababa de hablarme.

Me aparté de sus labios y me gané una mirada de confusión y jadeo.

- Lo siento, no puedo. - dije tratando de controlar mi respiración saliendo de la habitación. no pude hacerlo Por mucho que quisiera, por mucho que ella ahora era más fuerte que yo. Ella era mi jefa.

Mi cabeza estaba en un torbellino de pensamientos y mi cuerpo en sensaciones que ni siquiera me di cuenta estaba de pie en el pasillo pasando mis dedos por mis propios labios recordando el toque de sus labios.

- Al diablo esto. - Pensé. Me di la vuelta y entré en la habitación de nuevo para encontrarla en el mismo lugar. Me miró asustada, creo que porque volví. Antes de que pudiera decir nada ataqué sus labios y esta vez nos besamos. Nos besamos ferozmente como si fuera el último beso.

Nuestras lenguas jugaban entre sí mientras ella tenía su mano enterrada en mi cabello y la otra tirando de mí para acercar nuestros cuerpos más y más.

Ella y yo suspiramos entre besos. Pasé mis manos por su espalda tratando de no dejar que nuestros cuerpos se separaran.

El beso fue decreciendo y el aire se hizo presente. Nuestras bocas estaban entreabiertas y respirábamos con dificultad. No se dijo nada, solo nos miramos a los ojos. Casi podía escuchar el sonido de nuestros corazones latiendo al unísono.

A unos segundos de la mirada del otro y sin decir nada volvió a juntar nuestros labios y esta vez el beso fue lento y tranquilo. Nos besamos sin prisas sintiendo todas las posibles sensaciones que un solo beso podía provocar.

La señorita Armstrong dejó de besarme y me arrastró hacia la cama, me acostó lentamente y se subió encima de mí, me miró fijamente durante unos segundos sin decir nada, como si me pidiera permiso. Simplemente la acerqué a mis labios, la caucásica captó el mensaje y me devolvió el beso.

Sus manos eran ágiles y recorrían todo mi cuerpo haciéndome gemir entre beso y beso. Llevé mis manos a su espalda y saqué su ropa social que estaba dentro de la falda que llevaba puesta, llevé mis manos a su espalda desnuda y ella gimió suavemente con el toque.

Armstrong descendió sus besos y empezó a besar mi cuello causándome una oleada de escalofríos y placer.

La Srta. Armstrong pasó una de sus manos sobre mi muslo sin ropa hasta mi uniforme mientras me mordía el cuello. Me levanté y me quité el vestido rosa y mientras me miraba ella hizo lo mismo con su falda y blusa. Me miró con sus ojos oscuros llenos de deseo e intensidad. Me mordí los labios ante la escena y ella repitió el gesto.