chapter eighteen

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Estaba sujetando una bolsa de hielo junto al rostro de Dead. La situación de la noche anterior no había quedado en un solo golpe hacia William. Este trató de defenderse pero no podía hacer mucho contra alguien como Dead, quien medía casi dos metros. Él solo recibió un golpe, en la zona donde Elisa estaba aplicando el hielo. No había sido una noche agradable para nadie, pero ella no podía evitar sentir algo de satisfacción cuando su novio apalizó a William. En cualquier caso, ya era por la mañana y era un día nuevo. William había decidido no tomar represalias legales contra ellos por su propia conveniencia, además de que ya había tenido un par de problemas con las denuncias por parte de sus ex-novias.

—¿Mejor?—Preguntó Elisa retirando el hielo de su herida.

—Mucho, sobre todo después de haberle dado su merecido a ese gilipollas, ¿por qué no me lo habías contado?

—Precisamente por esto.

Ambos rieron levemente y no dijeron nada más. A pesar de que ninguno estaba realmente disgustado con lo acontecido, estaba claro que el ambiente era tenso, pero no podía abandonar a Pelle sin hacerse cargo de él porque sabía que nadie más lo haría, incluido él mismo. Esa era una cuestión que le preocupaba, ¿qué haría Pelle si ella desaparecía un día? No le gustaba pensar que toda su vida dependía de ella, aunque esa fuera la verdad más absoluta. Ohlin había desarrollado por ella una gran dependencia en un cortísimo período de tiempo, y eso no podía jugar sino un papel en su contra. Ambos se habían vuelto imprescindibles el uno para el otro, pero, ¿hasta qué punto era aquello estable? No lo sabía, ni tenía interés alguno en averiguarlo. Debía durar el máximo tiempo posible o aquel cauce se desbordaría antes de que se diera cuenta. Pelle Ohlin había significado mucho para ella desde que lo conoció, y eso no cambiaría nunca.


Pasaban los días y su vida empezó a tornarse monótona; hacía lo de siempre con la gente de siempre y en los lugares de siempre. Reflexionando sobre esto, Elisa se dio cuenta de que no tenía más amigas que Engla y su propia hermana, aunque no era como si Engla se juntase mucho con ellas últimamente. No se había relacionado con nadie más que los amigos de su novio, y empezó a plantearse cómo Jessica había soportado todo este tiempo a los chicos sin la pelinegra a su vera. Debía haber sido un arduo trabajo. Así que, sin pensarlo mucho, la noche de un martes en Hell Awaits, se acercó a hablar con una chica que llevaba puesta una sudadera de Cannibal Corpse. No había oído hablar mucho de ellos pero sí lo suficiente como para saber que era una banda de death metal. Y Euronymous odiaba el death metal. Por lo que eso fue suficiente para animarla a entablar conversación con la desconocida.

—Hey.—Se había limitado a decir la pelinegra.

—¿Te conozco?—Dijo la chica en tono irritado, aparentemente molesta.

—No, y es por eso por lo que me voy a presentar: yo soy Elizabeth, un gusto.—Extendió la mano con la intención de estrechar la de la chica.

Se fijó por un momento en sus facciones; era una muchacha pelirroja natural, que no sobrepasaba los veinticinco años y que no tenía una cara amigable. A pesar de esto, era innegablemente hermosa, con unos ojos almendrados color avellana, una nariz griega y unos labios finos. Pese a no ser rasgos estereotípicamente perfectos, había algo en su rostro que llamaba la atención. No parecía tener un gran sentido de la moda, pues tan sólo vestía con la sudadera, unos vaqueros y unas botas. Lo que más destacaba de todo era su cargado maquillaje, era básico pero repleto de producto.

Su semblante cambió rápidamente de desagradable a apacible. No sabía exactamente qué la había hecho cambiar tan rápidamente su expresión, pero se sintió cómoda en su presencia.

—Puedes llamarme Lilith.

—Como la primera mujer de Adán.

—La misma.

WOMAN OF DARK DESIRES → pelle ohlinOpowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz