chapter sixteen

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La tormenta las alcanzó llegando de vuelta a casa por lo que apenas se mojaron, sin embargo se podía apreciar que estaba apretando más y más conforme pasaban los minutos.

Una vez habían llegado al porche de la casa se miraron la una a la otra, en silencio. Estaban tratando de escuchar las voces de sus padres, quienes efectivamente ya habían llegado. Se persignaron a la vez y Jessica abrió la puerta, tratando de hacer su mejor sonrisa fingida.

—¡Ya habéis llegado!—Exclamó la rubia "alegremente".

—¿Se puede saber en qué agujero hediondo habéis estado metidas?—Su madre, Ágata, estaba tan intransigente como siempre.

—Tan sólo hemos ido a cenar a un restaurante.—Aportó Elizabeth.

—Por supuesto.—Musitó Åke, su padre, quien no dijo más que eso en toda la noche.

De hecho, ninguno de los dos volvió a dirigir una palabra a sus hijas aquella noche.

Ambas subieron a sus respectivas habitaciones. Elizabeth estaba harta de tener unos padres así de amargados, era estresante y desde luego que no ayudaba con sus problemas de ira.

Se echó en su cama de un salto y rebuscó en el cajón de su mesita de noche, esperando encontrar su walkman. Pero en vez de eso, tan solo encontró un puñado de pañuelos usados, un pintauñas color vino y una carta que le escribió a su exnovio y nunca llegó a enviarle. Empezó a estresarse, porque sabía que cuando algo no estaba en su lugar, significaba que o bien lo había perdido para siempre, o bien que lo iba a estar buscando durante las próximas semanas, probablemente al borde de una crisis psicótica. Con eso en mente, decidió no estresarse y empezar a buscar tranquilamente. Lo que no podía creer era que siempre le pasase lo mismo, en menos de un mes había perdido una bolsa de chicles, su primera navaja y las gafas que usaba solo de vez en cuando. Por suerte para ella, todo lo que perdía (o al menos lo importante) volvía a ella antes o después. A pesar de toda su mala suerte, ella en sí parecía ser un amuleto. Era como si además de estar maldita estuviera bendecida. Es más, así era con absolutamente todo en su vida. Todo había tenido solución, todo menos lo que pasó con William.

—Vale, genial.—Llevaba alrededor de media hora buscando y lo único que había encontrado hasta el momento era una muñequera de Metallica que había perdido el año anterior.

No dejó que la desesperación acabase con ella y decidió encender su equipo de música, aunque debía ponerlo a un volumen mínimo si no quería que sus padres la echaran de casa de forma permanente. Buscó entre su pequeña colección de CD's y sacó al azar "The Headless Children" de W.A.S.P. Encendió el equipo e introdujo el CD, bajando el volumen al 7. Era una mierda escuchar música a ese volumen, pero peor era no escucharla. Se sentó al borde de su cama e inspiró hondo. Sacó el pintauñas del cajón junto con la carta dirigida a William, hacía tiempo que no la leía y sus uñas eran un desastre, así que haría un combo 2x1. Abrió el pintauñas y desplegó la carta, que decía así:

"Para William:

Los días que estoy viviendo posteriores al concierto de KISS son una tortura para mí. Siento que estás molesto conmigo aunque son literalmente paranoias mías, pero aún así tengo miedo. Tengo muchísimo miedo de perderte de nuevo, aunque aún no sé qué es lo que siento por ti. No sé si sigo enamorada de ti o si simplemente te necesito como una amistad fundamental en mi vida. Desde luego que tengo pánico a que desaparezcas otra vez, es algo con lo que lidio e intento superar todos los días desde que volvimos a mantener contacto. No lo sé, no quiero seguir jodiéndome y sé que cuando lea esto en unos años me daré cuenta de lo ridícula que soy. No me importa, te quiero de la forma que sea y ojalá pudiera decírtelo sin que pienses que soy una puta regalada. Literalmente me regalé a ti después de 7 meses de no tener ninguna noticia sobre tu estado, has sido mi primera vez y nunca te lo voy a perdonar, cabrón. He cometido muchos errores últimamente, pero enamorarme de ti ha sido sin duda el peor de todos. Es probable que nunca deje de quererte, es algo que no puedo evitar. Me estoy sintiendo muy ridícula escribiendo esto, pero no creo que pueda superarte por mucho que sea lo que le digo a mi hermana, Jessica. Te quiero, y ni siquiera que me trates como a una mierda puede cambiar eso. Y nos odio a ambos por ello."

WOMAN OF DARK DESIRES → pelle ohlinWhere stories live. Discover now