chapter eleven

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Los rayos de sol que se colaban entre las hojas de los árboles despertaron a Elizabeth. Se fue incorporando lentamente hasta quedar sentada de piernas cruzadas. Los recuerdos de la noche anterior llegaron poco a poco hasta ella, aunque todo estaba difuso en su mente. Miró alrededor y vio los sacos de dormir, sin embargo no quedaba nadie allí. Se levantó apoyándose sobre sus rodillas, para posteriormente echar a andar hacia la casa de brazos cruzados, muerta de frío. No tenía zapatos y las ramas caídas se le clavaban en las plantas de los pies, haciéndolos sangrar levemente. Cuándo después de lo que pareció una eternidad visualizó la casa, se encontró con que todos estaban dormidos en la parte trasera, todos menos Jessica y Pelle, de los cuales el chico no se encontraba entre los presentes.

─¿Por qué os habéis ido?─Preguntó molesta Elisa.

─Pensaba que nos habías oído, como tenías los ojos abiertos...

─¿De qué hablas? Me acabo de despertar.

─Vinimos aquí porque sobre las cinco de la mañana empezaron a tener frío y se despertaron todos.

─¿Qué hora es?

─Más de las nueve.

─Voy a desayunar.

Dejando a su hermana fuera, entró a la casa con la intención de ir a la cocina, pero encontró un paquete de galletas en la mesa del salón y decidió comer aquello. Se sentó en el sofá y abrió la bolsa, descubriendo para su desagrado que aquellas pastas estaban blandas y rancias, aunque no tenía fuerzas para ir a la cocina, así que con eso y una botella de whisky que había en el suelo se dio por satisfecha. Mientras esperaba a que el alcohol le hiciera efecto, reflexionó sobre lo que había estado haciendo hasta ese momento con Pelle; no tenían ningún tipo de relación formal ni habían tenido una conversación realmente profunda, apenas sabían nada del otro. Por el contrario, se había dedicado a satisfacer sus deseos carnales con el rubio. Viéndolo de otro modo, la pelinegra se estaba aprovechando de él, pese a que ella no sabía si él estaba buscando un vínculo más cercano o no. Pensó que lo mejor sería dejar las cosas ahí, ya que era incapaz de manejar un noviazgo y, además, no veía a Dead cómo algo más que un buen cuerpo y un buen amante. No era nada más que eso. Por todo lo que había cuidado del chico podría parecer lo contrario, pero no sabría cómo definir el aprecio que le había estado demostrando hasta el momento. Cierto era que Pelle era una persona interesante e increíblemente atractivo y misterioso, pero no estaba segura de querer ahondar más en él, porque no sabía lo que aquello le depararía.
Irrumpiendo en la sala, y de paso en sus cavilaciones, entró Necrobutcher.

─Buenos días, cervecero.─Lo saludó alegremente la chica, ignorando el hecho de que había estado pensando en lo guapo que era el cantante de su banda unos segundos antes.

─Buenos días, Bathory.

─¿Ahora vas a llamarme Bathory?

─Lo dices cómo si te molestara.─Comentó mientras ponía algo de Candlemass en el tocadiscos.

─No exactamente. ¿Tenemos planes para hoy?

─Euro quiere traer a unos amigos a casa.

─Una fiesta.─Concretó Elisa.

─Básicamente.

Una vez terminado su "desayuno", salió de nuevo a ver cómo estaba el panorama, esta vez, con unos calcetines para no destrozarse los pies.
Fuera sólo encontró a la panda de borrachos que tenía por amigos tirados en el suelo, y a su hermana haciéndose cargo de ellos, incluido su novio.

─Podrías venir y ayudarme.─Añadió molesta al silencio sepulcral que apareció al llegar Elisa.

─O podría no hacerlo.

WOMAN OF DARK DESIRES → pelle ohlinWhere stories live. Discover now