19. Dear John

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-Él no está bien.

Alicia suspiró desde la cama escuchando una vez más la voz preocupada de Lux del otro lado de la línea.

Permaneció recostada boca arriba y dejó su teléfono en su estómago con alta voz para hablar. Se llevó ambas manos al rostro.

-Lux, esta es la tercera vez que me mientes sobre una emergencia.

-Es una emergencia.

-¿Está herido? -preguntó.

-No... digo, en su interior... probablemente.

-Lux... voy a colgar ¿entiendes?

-Alicia espera. -Lux chasqueó la lengua del otro lado del teléfono. -Yo... no creo que él quisiera esto realmente.

-Hablas de él como si fuera un niño. Tomó una decisión, la que consideró correcta. ¡Como adulto! -se quejó la pelinegra.

-¿Y qué pasa si se equivocó? Quizás sólo se equivocó.

-Parecía muy seguro cuando me lo dijo, Lux.

-Quizás no estaba tan seguro.

-No pienso llamarlo, ni muchos menos escribirle, ni mucho menos saber que no quiere hablar conmigo, o verme.

-Estoy segura de que quiere verte, sólo intenta convencerse de que no.

-Lux...

-Escucha, te diré esto una sola vez. Conozco a mi hermano, puedo saber lo que le pasa sólo con prestarle atención. Lo sé.

Alicia rodó los ojos de nuevo.

-Me dirás que...

-Habrá una fiesta en dos semanas, muy exclusiva. Pedro estará allí porque es un evento que tenía agendado desde antes. Puedo conseguirte un pase, vas conmigo y hablan.

-Estás loca, no voy a hacer eso.

-No tienes que volver con él si no quieres, pero... no lo sé, hablar, aclarar las cosas, sacarlo de este letargo que...

-¿Sacarlo de un letargo? -reclamó Alicia. -Fue él el que me puso en un puto hoyo, weón. -completó frustrada.

Alicia dejó escapar unas groserías mientras se incorporaba. La había puesto en un hoyo frío y oscuro... y profundo. Pensó.

-Alicia... si alguna vez sentiste algo bueno por él, si creíste que pudo haber algo... piénsatelo, ¿si?

-No hay nada que pensar Lux, no iré.

Más tarde, Alicia caminó por el pasillo del departamento de Miguel tras salir del baño y reparó en algunas fotos de su familia en México. Miguel tenía un rostro divertido cuando era niño, parecía que tenía las cejas muy arriba y eso le daba una expresión involuntaria de sorpresa todo el tiempo. Ella se rió por lo bajo antes de acercarse a la barra de la cocina.

-Entonces... tu madre nunca dejará México.

Él suspiró, pero no despegó su mirada de la pizza que estaba armando en el mesón.

-No lograré que cambie de opinión. Pero bueno, las cosas allá están mucho mejor ahora que puedo enviarle más dinero. Eso me tranquiliza.

-Siempre puedes visitarla. -Alicia se acercó al refrigerador y sacó una cerveza.

-No deberías beber eso, ahora que tomas medicamentos.

Ella se encogió de hombros.

-Sólo unas cuantas pastillas para dormir.

Rose Colored Boy [Pedro Pascal Fanfic] TERMINADOWhere stories live. Discover now