There is a light and it never goes out

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Alicia suspiró con nerviosismo al ver a Miguel a través de los ventanales del restaurante en el que se iban a reunir. Todavía no estaba segura de volver a verlo, pero sintió una sensación familiar cuando sus ojos se encontraron a través del cristal y él levantó una mano para saludarla. Estaba ligeramente más moreno que antes y tenía un poco de barba en los márgenes de su barbilla.

Mientras entraba al local él se puso de pie. Llevaba jeans y una camiseta que le quedaba un poco ajustada, pero le sentaba bien. Alicia estiró los brazos casi por inercia y lo abrazó.

—Estás preciosa, Nueva York te sienta muy bien. —le dijo el moreno. Alicia sonrió genuinamente cuando se alejó para mirarlo. Sus dudas se disiparon.

—Que bueno que me llamaste.

Miguel le sonrió ampliamente e hizo un gesto para que se sentara. Alicia se acomodó en la mesa y volvió a suspirar. Ahora más tranquila, sintió un par de miradas sobre ella y las ignoró. Le costaba asimilar todavía que algunas personas la reconocieran en la calle.

Cuando Miguel la había llamado para decirle que estaría en la ciudad unos días había sido abrumador porque no supo nada de él desde que se había ido de Miami y aquello la inquietó. Recordar algunos momentos angustiantes, el secuestro, las veces que le había ayudado a estar bien, pero también el hecho de que la había puesto en peligro.

—¿Por qué viniste? —dijo extendiendo la carta frente a ella para pedir comida. Miguel la imitó con una sonrisa y se aclaró la garganta antes de hablar.

—Resulta que un amigo de Nueva York me visitó hace unos meses. Justamente estaba buscando un negocio para invertir y le encantó mi pastelería. Así que pondremos una sucursal ¡aquí! —dijo emocionado.

Alicia parpadeó sorprendida.

—Miguel eso es increíble, felicidades.

—Lo sé. Todavía ni siquiera puedo asimilarlo, pero ya firmamos todo y él se hará cargo aquí en Nueva York. Tendré que venir de vez en cuando, pero mi trabajo en Miami no cambiará mucho en realidad. Aunque sí estamos teniendo más clientes, tuve que contratar más personal y ahora también hacemos coctelería.

Alicia sonrió. Miguel hablaba como si estuviera vomitando las palabras, como si necesitara decirle todo lo que había estado haciendo para ponerse al día.

Viéndolo en retrospectiva, su amistad había terminando de manera tan abrupta que le apenaba que ni siquiera habían cruzado algunos mensajes después de que se había ido. Ninguno de los dos contactó al otro.

—Todo está saliendo tan bien que incluso mamá está remodelando la casa en México. Volaré para visitarla el próximo mes.

—Miguel... me alegra mucho que estés tan feliz. —le dijo.

—Gracias Ali, gracias por aceptar esta cena. La verdad cuando te llamé pensé que no contestarías.

—Por alguna razón creí que había pasado algo malo, como... tu madre o algo así.

Miguel negó.

—Entendí que no querías mantener el contacto cuando te fuiste. Y me esforcé por respetar eso, fue un poco... duro... al principio.

Alicia asintió en silencio.

—No sabía qué hacer con... mis sentimientos hacia ti.

—Entiendo.

—Pero eventualmente todo mejoró. Me concentré en el trabajo, traté de descansar más. Las cosas están bien ahora.

Alicia apretó los labios, le apenaba un poco la situación.

Rose Colored Boy [Pedro Pascal Fanfic] TERMINADOМесто, где живут истории. Откройте их для себя