14. Tuyo

679 65 7
                                    

Alicia bajó las escaleras a todo dar y casi tropezó al final de los escalones. Escuchó ruidos afuera y evitó acercarse a las puertas metálicas para después salir por atrás. Rodeó los estacionamientos privados del edificio y entró a la cocina de la pastelería saludando a penas al personal de Miguel, algunos se miraron cuando ella pasó y saludaron, curiosos. La pelinegra apretó los labios y pasó directo a la oficina tras comprobar que el mexicano no estaba atendiendo en la caja.

La puerta no hizo ruido cuando entró porque estaba abierta y pudo ver a Miguel asomándose sigiloso a la ventana. Carraspeó y el se sobresaltó al verla.

-Me asustaste... -murmuró girándose hacia ella.

-¿No pensabas avisarme de esto? -cuestionó. -Llegué y me topé de frente con esas personas. -Alicia apuntó hacia afuera. -Ya estoy en internet.

Miguel pareció titubear, pero después se encogió de hombros.

-Estábamos peleados. -dijo entre dientes.

-¿Peleados? ¿Es en serio Miguel?

Alicia se acercó unos pasos y la puerta se cerró detrás de ella. Él tragó saliva.

-Pasé a saludarte esta mañana y me dejaste hablando sola. Tu expresión cambió en cuanto mencioné a... Pedro. -completó bajando la voz. -¿Cuál es tu puto problema?

-Él es... él es mi problema. -Miguel pasó por su lado y se aseguró de que sus trabajadores no estuvieran escuchando la discusión.

-¿Acaso te hizo algo malo? -Miguel permaneció en silencio desde su lugar. Alicia temblaba frente a él y notó la tensión en sus hombros producto de la herida de la que aún se recuperaba. Se sintió mal.

-Ali...

-Miguel. -Alicia se llevó los dedos al puente de la nariz cerrado los ojos por unos segundos, no queriendo hacer esa pregunta. -No quiero pensar que tú hiciste esto.

Los hombros del moreno cayeron y juntó ambas cejas, decepcionado de sí mismo. Se miraron a los ojos, eso bastó para que ella lo supiera.

Su vista se nubló por las lágrimas. Se sintió traicionada para entonces.

-Eres mi único amigo. -acusó. Su voz rota. -O eso creí.

Miguel se acercó, nervioso y arrepentido. Le sujetó las mejillas y Alicia negó con la cabeza conteniendo el llanto.

-No les hablé de él, sólo les dije que tú...

La pelinegra lo interrumpió, zafándose de su agarre bruscamente.

-Me expusiste. ¿Por qué haces esto? Todo estaba bien y ahora....

-No estaba bien. -Miguel volvió a acercarse.

-¿Qué te ocurre?

Alicia intentó entender. Todo ese tiempo había estado ayudándola, creyó que su amistad realmente era genuina. Era la única persona con la que había formado un verdadero lazo de confianza fuera de Chile hasta entonces. ¿Era realmente tan cruel?

-Estoy enamorado de ti. -soltó. Alicia lo miró confundida y se le apretó el pecho. Aquello le rompió el corazón, porque si estaba enamorado, si la deseaba y celaba, era por eso realmente que eran cercanos, no porque quisiera ser su amigo.

-No...

Alicia retrocedió, pero Miguel asintió, acercándose. Su espalda chocó con la pared y después sus labios con los de él.

Por unos segundos, intentó sentir algo, porque no podía creer que todo fuera tan absurdo e injusto. Pero después se apartó, simplemente no era lo que él quería.

Rose Colored Boy [Pedro Pascal Fanfic] TERMINADOWhere stories live. Discover now