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Sunoo asintió con detenimiento, acomodando sus cabellos con delicadeza para sentarse en la acera de la calle, a lo cual Ni-ki le siguió el paso con detenimiento, guardando sus manos adentro de los bolsillos de su pantalón.

— Te entiendo... En poco tiempo terminaré la secundaria, iré también a la universidad y.. Ya sabes.— le dió una débil sonrisa.

— Gracias.— susurró por lo bajo— ¿Que planeas estudiar? ¿O no has cambiado de opinión?

— Pienso estudiar algo que tenga que ver con la música... Pero aún pienso en otro tipo de profesiones para un futuro.— dijo, abrazando sus piernas para mirarlo desde su lugar— ¿Que hay de tí?

Lo meditó durante unos segundos, apoyando el peso de sus manos en la acera de enfrente de la casa para luego conectar sus orbes con los suyos.

— Aún lo sigo pensando.

— ¿Ya no quieres dedicarte al baile?— pregunta con una ceja alzada— Recuerdo que fuistes tú quien me ayudó a aprenderme las coreografías de Twice.

— Eso..— cubrió su rostro avergonzado.

Nunca le gustó interpretar los pasos de algún grupo femenino pero con Sunoo hubo una excepción por el hecho de que le encantaba ver lo feliz que lucía cuando practicaban Alcohol free juntos y lo haría de nuevo solo para dar vueltas junto a Sunoo cuando terminaban de practicar alguna coreografía.

Sonrió ante la idea para luego mirar el bonito perfil del distraído Sunoo, quien observaba las hormigas caminar con algo de prisa en frente de ellos.

— Solo-.. Asegúrate de hacer algo que quieras desde un principio. Así puedes evitar repetir un año de estudio solo porque elegiste algo que claramente no era de tu agrado.— dijo con un tono bajito.

— Eso intento.— le aseguró, girando su rostro para encontrarse con el suyo a varios centímetros de distancia pero cerca de cierta forma— Pero primero quiero tomarme un tiempo libre y pensar mejor en lo que haré con mi vida.— explicó en resumen.

— Un tiempo libre..— repitió.

— Si, también tengo tiempo sin visitar a mi familia en Japón.

— Si te irás de vacaciones, prométeme que vas a volver.

— Hyung, solo serán unos días.— sonrió ladino, despeinando los cabellos rosados del mayor.

¡Riki!

— ¡Ya voy!— exclamó sin alzar mucho la voz— Tengo que volver.

— Creo que será mejor que yo haga lo mismo.— imitó su acción, poniéndose de pie con la ayuda del castaño de piel acanelada.

Ambos compartieron una sonrisa corta en cuanto sus miradas se encontraron de nuevo pero esto no duró demasiado debido a que Sunoo decidió irse primero tras una rápida despedida.

En su camino a casa se encontró divagando entre sus pensamientos sin parar porque una parte de él sentía que había perdido su oportunidad y ¿Que se puede hacer?

Tampoco es como si Ni-ki se iba a quedar toda la vida con él como si fueran el complemento del otro por más que lo deseara.

"Hyung también te quiere mucho, Nini."

Suspiró con pesadez en cuanto llegó a su hogar, tirándose boca abajo en el sofá mientras sus pantorrillas se quedaban en el aire. Abrazó un cojín con una mirada decaída y sonrió apenas.

"Te hice mucho daño, fui el peor amigo así tú digas que no es cierto y siento que ya no merezco que vuelvas a ser mi amigo pero soy tan egoísta que me negaré a dejar que esto termine así... Pero creo que lo mejor para ti es respetar tu espacio y dejarte tranquilo. Es lo menos que puedo hacer por tí..."

Una fugaz idea llegó a su mente entre tanto pensar y pensar a eso de la una de la madrugada.

Sin perder el tiempo, salió de su cama para buscar algo en su escritorio y allí pasó el resto de la madrugada y terminó a las cinco y cincuenta y un minutos pero valió la pena, eso es lo que su corazón en el fondo le replicaba.

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— Esta más que decidido.— dijo su madre con rastros de alegría, aplaudiendo con entusiasmo a abrazarlo después de que todo el ridículo proceso de la graduación había terminado.

— Ahhh, mi bebé. Como has crecido.— dijo su padre con los ojos aguados, tomándole una foto más con "su mejor ángulo" y él hizo el acto ciudadano del año al abrazarlo.

— Ya~ Ni que me estuviera casando.— se burló pero en el fondo también se sentía melancólico por todo.

Después de tantas noches estresado y días en los que se quedaba a llorar por no entender ni en bromas el valor de la k en física, allí estaba, recién graduado al igual que el resto de sus compañeros y conocidos.

Había pasado ya un año desde que él y Sunoo quedaron en el acuerdo de ser solo amigos gracias a sus réplicas indirectas y si alguien en el pasado o hace dos años le hubiera dicho que se iba a graduar con las mejores notas, seguramente lo hubiera insultado por chistoso y lo hubiera mandado a comer basura.

Pero allí estaba.

— ¡Foto con mis otros padres!— exclamó un alegre Harua llegando a su lado junto a otros de su –ahora– antigua clase.

Pasaron aproximadamente más de media hora tomándose fotos con todo el mundo mientras los padres conversaban tranquilos y así.

Cuando llegó la hora de irse, se despidió de sus amigos para ir al auto con sus padres entre risas divertidas a la vez que hablaban del día.

— Sunoo quería venir a verte pero al parecer aún no ha llegado de visitar a..— le interrumpió de manera disimulada.

— Le llamaré por si acaso.— responde con una sonrisa ladina.

Lo único que había cambiado en su relación con Sunoo es que han estado un poco distanciados debido a que el mayor se la pasaba estudiando en la universidad y él se había esforzado por mejorar y quizás tener –con mucha fé– una beca así como su hyung logró tener una.

Le ayudaría a ahorrar el dinero que sus padres tenían pensado invertir en su universidad y así sería mucho mejor a su parecer.

Solo había que esperar a ver si obtenía respuesta alguna de parte de las personas que se encargaban del programa de becas.

Cuando llegó a su casa, se encontró con el mayor estando sentado en el pequeño corredor que estaba en la entrada de la casa.

Sonrió por instinto y se bajó del auto con un sonrojo apenas visible al ver que Sunoo le había comprado un ramo de flores que eran de sus colores favoritos y también tenía consigo una bolsa de regalo que en cuanto la miró, tenía dulces de esos que compraba en aquella tienda que estaba en el centro comercial más concurrido de la ciudad.

— Gracias y no debiste gastar tanto porque igual yo te iba a invitar a ir a comer pizza.— le recalcó, dejando un pequeño beso en su frente para tomar el ramo también.

— Nini, tus padres y mi mamá nos están acosando.— le recordó y el más alto se apartó ligeramente avergonzado.

— ¡Sunoo! ¡Tú mismo arruinaste la foto que le iba a enseñar a mis-..

— ¡Mamá!— exclamó con un sonrojo avergonzado.

El padre del japonés decidió que si esas dos seguían allí, harían que los dos adolescentes se pusieran más tímidos de lo anormal.

Si, anormal.

𝐋𝐞𝐭𝐭𝐞𝐫𝐬 『ˢᵘⁿᵏⁱ』Where stories live. Discover now