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Ese día lunes paso por Ni-ki para ir junto a él a clases y el chico se confundió notablemente al verlo llegar hasta él como siempre solía hacerlo antes de que su vecino comenzará a salir con su hyung.

— Hola.— le saludo ondeando su mano con su cálida sonrisa.

— Hola, hyung..— dijo con detenimiento, algo incómodo pero intento dejar ese sentimiento de lado— ¿Como está?

— Bien, pero veo que sigues sin dormir bien.— dijo, acunando el rostro cansado del chico para recorrerlo con sus vacilantes orbes miel— Ojeras, piel descuidada, cabello desordenado...

— M-me levante algo tarde.— tartamudeo ante la cercanía entre sus rostros.

Sunoo de nueva cuenta inspeccionó el rostro del rubio pero... Sus labios se ven tan suaves. No se contuvo en tocarlos con sus dedos por un breve momento y al notar lo que su mente pensaba, se apartó con un ligero sonrojo.

— Y labios resecos.

— Es bueno verte.

— Para mí también, Ni-ki.— sonrió con honestidad— Te vi el otro día por el centro pero parecías-...

El mayor fue interrumpido por la presencia de su novio, quien cubrió sus ojos con las palmas de sus manos y le hizo un gesto a Ni-ki para que no dijera nada.

Luego de media hora en la que Sunoo terminó dándose por vencido pero se dió cuenta de que era Sunghoon, Ni-ki hizo un asentamiento rápido para irse al verlos en su mundo, ignorando su presencia pero a decir verdad, le incomodaba en demasía que fueran tan melosos.

Quizás en el fondo era la envidia.

— Espera, Ni-ki. Ven con nosotros.—el mencionado rodó los ojos antes de darse vuelta sobre sus talones con una sonrisa forzada dirigida a los dos.

— No hace falta, Sunghoon hyung.— soltó— Los dejó y los veo luego.— se apresuró en decir para mostrarles una sonrisa ladina e irse con rapidez.

La pareja se quedó momentáneamente sumergidos en ellos en cuanto se fue pero en el fondo, Sunoo se regañaba por ser tan tonto. Su idea principal era irse junto a Ni-ki e intentar hablar con él pero sus planes se vieron interrumpidos por... El chico que le gusta y el chico por el que olvidó a Ni-ki.

Ahora lo estaba comprendiendo y era un idiota sin duda alguna. Ni-ki nunca se alejó de él, solo se cansó de sentirse como un estorbo y estaba harto de ser un mal tercio. Por eso se alejaba, se cansó de soportar su inmadurez.

Se mordió el labio inferior con ganas de llorar al imaginarse lo cruel que había estado siendo con Ni-ki. Por eso una vez se despidió de su novio, se dirigió al salón del chico y sonrió levemente al verlo en posición de descanso en su puesto mientras cierto azabache le echaba en la cabeza la basura de su sacapuntas como si fuera un frasquito de sal.

Se acercó hasta ellos un momento y Jungwon al igual que Harua lo vieron atónitos en su lugar, por lo que Jungwon le dió un zape para que dejara el país de los sueños tan temprano y el chico lo fulminó con la mirada.

— ¡Qué te calles! Justin Bieber nunca va a estar de nuevo con Selena Gómez-.. ¡Sunoo!— recuperó su compostura.

Los tres chicos rieron y el mayor negó divertido ante sus palabras.

— Ni-ki, quiero saber si mas tarde podemos ir juntos a casa, ir por un helado y así podemos hablar un rato.

Harua no se molestó en ocultar la mirada de sorpresa, indignación y de confusión ante esa pregunta pero el chico se vio obligado a responder rápidamente por que el profesor llegaría en poco tiempo.

𝐋𝐞𝐭𝐭𝐞𝐫𝐬 『ˢᵘⁿᵏⁱ』Where stories live. Discover now