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Cuando comenzaron las vacaciones, Sunoo se la paso con sus amigos y su novio lo visitaba a diario a su casa, terminaban haciendo manualidades que veían en internet o cocinaban antes de ver una película, para cuando Seulgi llegaba del mercado en las tardes, los veía con ternura en el sofá.

Eso fue así desde unos meses atrás pero ahora no veía a Ni-ki con frecuencia y si lo hacía, apenas se saludaban como justo ahora.

Sunoo estaba en el mercado con su madre y vio a Ni-ki con su padre comprando un par de cosas que al parecer serían para la cena.

Seulgi se acercó a los dos y los saludo con una sonrisa ladina y abrazó al chico que había tenido un gran cambio y era ahora que la madre y su hijo lo notaban.

Había crecido como diez centímetros más, se veía más apuesto de lo que era y su cabello ahora era castaño con unos pocos mechones de cabello decolorados.

El pelirosa se quedó anonadado en su lugar, con el teléfono en una de sus manos mientras intentaba sostener bien el carrito para que no se desviará y chocará contra alguien.

Sus miradas se cruzaron por un breve momento pero fue Ni-ki quien la apartó primero para escuchar lo que decía la señora Kim, quien lo abrazaba y le daba uno que otro besito en su mejilla mientras le decía lo bien que lucía, haciendo al chico sonrojar apenas.

— Mira cómo has cambiado en tan poco tiempo. Ya eres un hombrecito.— lo codeó, a lo que el chico se dió vuelta, cubriendo su boca con una sonrisa ladina.

— Por supuesto, es guapo como su papá.— bromeó Yoshiro, ganándose una mueca de parte de su hijo.

— Sunoo, ¿No vas a saludar a Ni-ki?

Salió de su estado de shock para guardar su teléfono, sonrió apenas desviando la mirada y Ni-ki se acercó hasta él para darle un abrazo y joder, ese niño al parecer lo quería hacer sentir como una pulga por que así es como se sentía Kim a su lado.

Se sintió repentinamente cálido pero a la vez melancolico ante ese abrazo por que había pasado mucho tiempo desde que Ni-ki le dió un abrazo por cuenta propia.

Sunoo se sintió tan sumergido entre sus pensamientos que no se percató del momento en que Ni-ki se apartó y su mamá dijo que los verían para la cena de ese día.

¡Ese día iría a la casa de Ni-ki y es ahora que se viene a enterar!

No tenía ropa digna para una cena. Tenía que gastar dinero en unos minutos y menos mal su padre le dejo cien dólares antes de irse al trabajo.

Horas más tarde, él y su mamá estaban ya en la casa de los Nishimura y después de la cena iría a ver a Sunghoon. Por que si sabía que estuvo en la casa de al lado y no lo fue a ver, seguramente se pondría cortante con él.

Se mordió su labio inferior por un breve momento porque últimamente ellos se habían comenzado a distanciar poco a poco debido al hecho de que el mayor estaba ocupado estudiando para su examen de admisión de la universidad, por lo que también estaba un poco más estresante que de costumbre.

Agradeció que los adultos les permitieran dejar la mesa después de comer, así que salieron al patio en un silencio tenso y Ni-ki comenzó a jugar con una pelota de fútbol, dándole la espalda mientras intentaba hacer una maniobra que le enseño Maki una vez y sonrió victorioso cuando lo logró.

Pero de un momento, la pelota golpeó el hombro de Sunoo por accidente y como andaba tan distraído recordando la suposición de su madre con respecto a los sentimientos de Ni-ki, no se dió cuenta y cayó al suelo.

— ¡Lo siento!— se agachó para recoger la pelota y sacudir su abrigo el cual tenía restos de tierra.

— Olvídalo.

Sunoo se apresuró en tomar su brazo y guiarlo a una de las sillas que estaban afuera de la casa y poder hablar con él para saber cómo ha estado.

— Bien, ¿Y tú, hyung?

— Bien, creo.

— ¿Porque?— mece sus pies apenas.

— Pues..— jugó con sus manos— ¿Puedo quedarme contigo un día de estos? O podemos ir en bicicleta hasta ese lugar al que íbamos de niños cuando decíamos que queríamos olvidarnos de nuestros hogares y comenzar una nueva vida.— dijo con voz entrecortada.

Ni-ki rió y asintió ante su propuesta, tenía tiempo sin visitar ese campo de flores que estaba a media hora. Un poco alejado de la ciudad pero valía la pena por que el lugar era pacífico, fresco y muy bonito en primavera.

— Muy bien, por mí está bien.

El pelirosa sonrió por su respuesta y se mordió su labio inferior ante la pregunta que rondaba su mente a diario.

— Y dime, ¿Todavía no has encontrado a alguien especial?

Rió ante la mueca de disgusto porque se apoderó del rostro del castaño, abultó sus labios y arrugó su nariz de una manera graciosa.

— Nop. Solo he ido con Jungwon a las citas que a tenido con su novio porque su mamá no quiere que tenga demasiado contacto físico con Jay hyung.— se burla.

— Ya veo.

— ¿Y cómo va tu relación con Sunghoon? ¿Es bueno contigo?— pregunta sin dirigirle la mirada.

— Bien.— responde con simpleza, cosa que llamó la atención del chico ya que normalmente se mostraba en las nubes cuando hablaba del mayor y comenzaba a hablar y hablar— Ha estado un poco estresado por su examen de admisión.— explica, poniéndose de pie para lanzar una piedra al árbol.

— Mmm.. Okey..— asiente con lentitud— Pero no ha sido cortante o frío contigo, ¿Verdad?

— Solo-.. Olvídalo.— suspira— Quiero olvidarme de preocupaciones por un rato.

— ¿Y sus amigos?— pregunta en un tono neutro para que no se notara lo indignado que se sentía muy en el fondo porque sentía que Sunoo lo buscaba cuando le conviene solamente.

— Salen con sus parejas, a veces vamos a la playa o al parque.

"Y. No. Invitan." Pensó el menor.

— Que bueno.— atinó a decir— ¿Cuando estás libre?

— ¿Te parece bien el viernes? O quizás el sábado... Solo piénsalo y me das tu opinión.

— Está bien.

El pelirosa lo vio levantarse de su lado para volver a jugar con la pelota, se le unió por que no tenía nada mejor que hacer. Lo malo es que él era estúpidamente patético en el futbol mientras que Ni-ki veía todos y cada uno de los partidos y también era bueno en el deporte mientras él apenas podía patear la pelota y era solo cuando el chico le daba tiempo para ello.

— ¡Goool!— celebró al haberle ganado.

Sunoo hizo un puchero indignado y se sentó en la silla nuevamente, siendo seguido por el otro chico quien paso sus cabellos hacia atrás para agacharse delante de él, quedando entre sus piernas pero solamente se sentó en el regazo del mayor para reír al escuchar un grito bajo de parte del otro.

— ¡Ni-ki! ¡Me estas aplastando!

— Hyung, ni siquiera peso demasiado.

Siguieron riendo junto al otro como no lo hacían desde hace tiempo. Sunoo se sintió completo estando junto al castaño, después de un rato, recostó su cabeza en el hombro de Ni-ki y se quedaron en un cómodo silencio sin decir nada, solo disfrutando de la cercanía que los envolvía y una parte del chico se sintió un poco mal porque era más feliz allí junto a su amigo que estando con cierto chico pelinegro que los miraba a lo lejos y se fue sin decir nada.

𝐋𝐞𝐭𝐭𝐞𝐫𝐬 『ˢᵘⁿᵏⁱ』Where stories live. Discover now