Capítulo 26

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Eris.

De todas las cosas que me había imaginado que ella me pediría, nunca pensé que sería algo así. Ciertamente me sentía avergonzada, nunca había hecho algo así, mis manos temblaban levemente, mientras tenía sus ojos mirándome directamente esperando que me moviera. Su sonrisa parecía casi picara por lo divertida que estaba por la situación, yo solté un suspiro antes de actuar y hacer lo que me había pedido.

—Eris, levántate. —Ella me ayudó a ponerme de pie, mi trasero dolía por el golpe. —No tienes que hacerlo.

—Tratos son tratos. De todas formas, no es algo permanente, piensa en algo que quieras pedirme. —Sus mejillas se sonrojaron y en mi mente pasaron imágenes sugerentes de las cosas que podría pedirme, estaba dispuesta a todo ello definitivamente.

—Tengo algo en mente, que me gustaría hace mucho. —Ella miró a su espalda en donde los hombres estaban y luego se acercó a mi oído. —Quiero que me invites a salir. —No esperaba eso.

—Ya hemos salido.

—Quiero una salida real contigo. —Ella volvió a su lugar. —Y quiero que me lo pidas.

—¿Pedírtelo?

—Quiero que sea algo que dentro de toda mi petición te nazca hacerlo, ahora, si no quieres puedo pensar en algo más.

—Lo haré. —No quería que ella pensara que no estaba interesada, lo estaba, sólo que nunca le había pedido a alguien una cita. Nance siempre fue quien tomó la iniciativa. —Pero es algo complicado hacerlo aquí.

—Podemos salir en Edevanetown si te preocupan que nos vean. —Ella tomó mi botella de agua, vi como se escapó una gota de agua de sus labios. Me trajo recuerdos. —Yo seré feliz con eso.

—Bien.

Aclaré mi garganta antes de extender el ramo de tulipanes morados, eran sus favoritos.

—Char, ¿saldrías conmigo en una cita? —Sentí mis mejillas arder, ella tomó las flores antes de besar mi mejilla.

—Claro que sí, Eris. —Solté un suspiro antes de mirar a nuestro alrededor, estábamos en Edevanetown, le había pedido poder hacer todo durante un solo día, que era el día en que debíamos visitar el pueblo. No quería levantar demasiadas sospechas sobre nuestra relación, además ella se había comprometido a salir con Nath este viernes, confiaba en que lo hacía para recabar información para Zeus y por ello no me preocupaba, demasiado. —¿A dónde iremos?

—Es una sorpresa. —Había planeado todo minuciosamente la noche anterior. Me parecía ser un plan perfecto, el atardecer llegaba poco a poco y sería perfecto para la reservación que había hecho.

—Te sigo. —Ella abrazó mi brazo, tenía una sonrisa radiante, parecía más feliz de lo habitual y eso me hizo volver a sentir esa sensación en mi estómago. En ese momento, me sentí feliz, no como la primera vez que comí una hamburguesa, esto era distinto. —Espera. —Ella detuvo nuestro paso. —¿Estoy bien vestida?

—Siempre lo estas.

—Me refiero a que no iremos a un lugar muy elegante.

—No hay muchos de esos aquí. —Ella pareció recordar que el pueblo de los humanos era casi un lugar congelado en el tiempo, era muy diferente a la realidad que nosotras vivíamos a solo unos kilómetros de distancia. —¿Querías un lugar elegante?

—Mientras este junto a ti, está bien para mí.

—Bien. —Quizás debía llevarla a un lugar más elegante. ¿En las primeras citas siempre iban a lugares más elegantes?, ¿era una buena elección?, esperaba que a ella en verdad le gustara el lugar.

La Guerra de ErisWhere stories live. Discover now