Capítulo 12

1.8K 192 18
                                    

Eris.

En la actualidad, sólo buscaba una cosa para mi vida: paz.

Estaba cansada de ser un ratón de experimento al cual atrapaban en un laberinto las veces que querían, siempre me había sentido atrapada, incluso después de salir de esa cárcel en la que pase gran parte de mi vida. Incluso estando afuera, me encontraba amarrada a las decisiones que otros tomaban sobre mi vida, para el concejo siempre significaría una amenaza y a veces ponía en duda que luego de esto todo terminase. En mi camino de búsqueda de paz solía esconderme del resto, pese a pasar años en soledad, mi idea no era cambiar demasiado aquello, al menos no estaba dentro de mis prioridades. Me costaba demasiado confiar en otras personas, a Camille y Apolo le tomó años que pudiera confiar un poco más en ellos, pese a ser las únicas personas que me trataban con dignidad.

Cuando era pequeña, vivía en una celda amarrada todo el tiempo, solo me soltaban para empezar sus experimentos y rogaba cada día y cada segundo que eso terminara, por un momento cuando Camille me rescató pensé que aquello cambiaría, pero solo había cambiado de amos. Y durante mi adolescencia me preguntaba si estaba pagando una especie de pecado de alguna vida pasada para que todo eso me pasara a mí, luego dejé de sentir lastima por mí misma y preferí avanzar, trataba de no pensar en mi infancia, pero había días que venían recuerdos a mi mente y solo deseaba estar en cama.

Hoy era uno de esos días, mi ánimo bajaba considerablemente y normalmente aguantaba hasta que fuera un fin de semana para no detener mi trabajo, aunque hoy era un día sábado, nos encontrábamos acomodando micrófonos y cámaras en el departamento en donde debería pasar cada fin de semana con Charlotte. A Camille se le había ocurrido redecorar para recibir a las visitas en una especie de cena, al parecer es algo que suelen hacer los adultos para fortalecer sus amistades. Aunque la verdad no teníamos que hacer demasiado, había un grupo en la cocina preparando una cena, mientras el equipo técnico preparaba las cámaras.

Yo sólo traje algunas cosas junto a mis libros, ya los había ordenado, mientras Charlotte junto a Camille seguían ordenando el closet, ella en serio había traído demasiada ropa.

—¿Y esto? —Camille tomó uno de mis libros y me avergoncé al notar que había tomado mi manual para parejas para tontos.

—Es por la misión. —Me justifiqué. —Sólo quiero que salga bien. —Miré a Charlotte quien se estaba aguantando la risa.

—Puedo traerte libros de Jane Austen para que seas un poco más romántica. —Sabía que ella se estaba burlando de mí.

—Puedo prestarte algunos de neurología, para ver si puedes hacerte un autoexamen para ver si siguen funcionando tus neuronas.

—Okay, quizás es momento de calmarse. —Camille intervino antes de que Charlotte pudiera responderme. No estaba de ánimos para recibir sus burlas, ni las de nadie. —Las relaciones se dan por cosas naturales. —Ella se sentó junto a mí en la cama, agradecía que hubiera una habitación de invitados en donde planeaba dormir, pero sinceramente esta cama era mucho mejor. Lo sabía porque yo la había elegido, pero Charlotte me había vencido en piedra, papel o tijeras. Mantengo que Dios está castigándome.

—Eso es cuando las personas se gustan mutuamente, con Charlotte no tenemos ni un solo interés entre nosotras. —Miré a la joven que había vuelto en su tarea de arreglar su ropa. —Además, quería asegurarme de que los humanos fueran como nosotros.

—Fue una buena iniciativa, pero siempre me pueden preguntar a mi sobre estas cosas, incluso a ambas les di la charla, aunque ahora que lo pienso ambas están interesadas en las chicas. Quizás debería cambiar el enfoque para empezar de cero, quiero asegurarme de que ambas no se transmitirán...

La Guerra de ErisWhere stories live. Discover now